Una dura despedida…
Con esta última publicación, tengo que dar por finalizada una serie de entradasque he realizado con gran entusiasmo e ilusión donde he disfrutado especialmente maquetándola y editándola para vosotros… Gracias a la realización de esta actividad mi curiosidad por el ámbito científico ha aumentado de manera exponencial, ya que es un mundo fascinante y trepidante, con sus descubrimientos y avances. Sin duda, es un trabajo muy importante y difícil. En general estoy muy satisfecha al darle a estas entradas mi visión de una estudiante de Biología que aspira a dedicarse al mundo de la investigación en un futuro próximo.
Partiendo de esta idea, no es difícil suponer que la mayoría de mis entradas se hayan centrado en nuevos descubrimientos científicos, pero quería ir más allá. Quería hablar sobre los distintos métodos científicos que se utilizan para arrojar más luz sobre cuestiones que aún no tienen respuesta, como por ejemplo, la historia de nuestro querido planeta Tierra. También, indicar que en la totalidad de mis entradas las he dedicado solamente a dos ámbitos de la Geología que siempre me han despertado una gran curiosidad y fascinación; la Antropología y la Paleontología.
Dicho esto creo que es conveniente realizar un repaso por cada una de mis entradas, destacando lo más importante de cada una de ellas…

Que en un principio se pensaba que eran ejemplares enanos de una especie del género. Pero se realizó un estudio histológico donde se comprobó que esta hipótesis se alejaba mucho de la realidad, es por ello que se llegó a la conclusión de que tanto “Jane” como “Petey” eran individuos jóvenes Tyrannosaurus rex, que no habían llegado a la edad adulta cuando murieron, ya que las características morfológicas de sus huesos indicaban que aún eran jóvenes y que la estructura ósea de un individuo adulto es diferente a etapas de crecimiento más inmaduros.

Donde se empleó un potente logaritmo matemático que permitía detectar los alelos de los genes de estas poblaciones de homínidos tan enigmáticos. También nos daba una idea de que nuestra historia evolutiva como especie, entrañaba unos hechos y sucesos más enrevesado de lo que nos imaginábamos. Entonces, ¿De dónde venimos?Parece ser que esa pregunta se está volviendo más complicada….
volvíamos al ámbito Paleontológico, a la zona fronteriza de Bélgica y los Países Bajos donde se descubrió un fósil insólito… ¡Un cráneo de un pájaro de aproximadamente 66.8-66.7 mil millones de años en un estado casi perfecto y completo!...
¿Dónde?, en una roca de las dimensiones de un taco de cartas.El estudio del correspondiente fósil fue publicado en la famosa revista Nature donde, se descubrió este cráneo mediante una innovadora técnica de rayos X. De forma que nuestro “pequeño pájaro de las estrellas” nos arrojó algo de luz sobre el posible origen de los “Crown birds”. Demostrándonos que “nada es lo que parece”.
Volvía hablar sobre los terópodos, pero esta vez de un dinosaurio muy especial, Spinosaurus aegyptiacus. Cuya historia del primer fósil de un ejemplar de esta especie fue bastante fatídico y accidental, por la destrucción casi completa de los restos fósiles expuestos en el museo de Múnich en pleno conflicto de la II Guerra Mundial entre las fuerzas el Eje y los Aliados.
No fue hasta este año, cuando se encontró de nuevo un ejemplar de este terópodo de una cola casi completa que tras el estudio realizado y publicado en la ilustre revista Nature, nos permitió conocer los posibles hábitos de este fascinante dinosaurio que en un inicio parecía impensable e incluso cuestionable de que pudiera ser cierto. Pero con los estudios biomecánicos realizados se llegó a la conclusión de que las premisas del equipo científico que realizó esta investigación podría estar en lo cierto.
Tras la síntesis de mis entradas, podemos ver que la ciencia tiene múltiples técnicas, recursos eficaces y potentes que son interdisciplinares, donde permite la participación de numerosas áreas del conocimiento del árbol científico… Como por ejemplo los métodos de estudio empleados en cada una de las entradas que dependiendo del tipo de estudio y los recursos disponibles se utilizaban métodos sofisticados e innovadores como en el caso del “pájaro de las estrellas”, los genes de homínidos extintos en nuestro genoma, o el estudio del tejido óseo del “rey de los dinosaurios”, o por el contrario, métodos más conocidos y tradicionales, pero que igualmente ayudan a desarrollar el estudio como en el caso de la última entrada.
Es por ello que me gustaría recalcar que la investigación científica no solo en el ámbito de la Paleontologíasino en todas las demás ramas de la ciencia es de vital importancia, y los científicos y científicas trabajan cada día exhaustivamente en ello, por lo que su trabajo debe ser plenamente reconocido. Es por ello que me resulta muy grato, haber contribuido con mi pequeño grano de arena a distinguir estos trabajos científicos.