Quantcast
Channel: Paleontología y Evolución en la UCM
Viewing all 225 articles
Browse latest View live

PARECIDOS RAZONABLES

$
0
0


¡Saludos lectores!

Volvemos a la carga con nuevos temas interesantes que tratar entorno a la Paleoevolución. Si en anteriores entregas hablábamos del fósil transicional que hubo entre reptiles y aves (nuestro ya conocido Archaeopteryx), hoy nos centraremos en un aspecto que probablemente sea más general pero no por ello menos importante: la diversidad de extremidades en mamíferos. ¿Me acompañáis a descubrir este fascinante mundo? ¡Allá vamos!

No hay que ser muy avispado para darse cuenta de que la extremidad de un caballo es completamente distinta a la de un delfín (no nos debemos olvidar que estos animales son mamíferos). ¿Pero alguna vez te has preguntado cómo y por qué ocurre el proceso de diferenciación de sus extremidades?

La diversificación de las extremidades de los mamíferos ha sido crucial. Por ejemplo, las alas de los murciélagos permitieron a los mamíferos alcanzar el vuelo (único grupo que ha desarrollado un vuelo verdadero, en el que los individuos se pueden impulsar con sus propias alas, por esa razón la denominación del orden, Quiróptero, significa “ala en la mano”), o las aletas de los cetáceos ayudaron a los mamíferos a reinventar el reino acuático (¡Por increíble que parezca sus antepasados eran terrestres!). La evolución morfológica de las extremidades de los mamíferos, es el resultado de una relación compleja entre las presiones externas (es decir, la ecología) y factores internos (es decir, el desarrollo).

El desarrollo de las extremidades de mamíferos progresa a través de varias etapas clave (Figura 1):

  • ·       Etapa de cresta: La extremidad emerge del cuerpo.
  • ·       Etapa de brotación:ésta crece para formar una yema.
  • · Etapa de paleta: Se aplana y continúa expandiéndose adquiriendo esta forma.
  • ·Etapa de regresión: Los tejidos interdigitales sufren apoptosis.
  • · Etapa de dígitos libres: Como su propio nombre indica, los elementos esqueléticos individuales continúan creciendo hasta alcanzar su tamaño adulto.

Figura 1:Morfología de las extremidades en vista ventral en la cresta (a, e, i, m), yema (b, f, j, n), paleta (c, g, k, o) y regresión intertisura temprana (ITR; d, h, l, p) Etapas de desarrollo en cuatro mamíferos con diversas estructuras de extremidades adultas (en filas de arriba a abajo): murciélago ( C. perspicillata, a-d), zarigüeya ( M. domestica , e-h), cerdo ( S. scrofa , i-l), y caballo ( Equus caballus , m-p)


En teoría, los cambios en el desarrollo durante cualquiera o varios pasos en estos procesos podrían ser la base de la divergencia evolutiva de las extremidades de los mamíferos.

Este proceso ha contribuido a la ocupación de esta clase de vertebrados en casi todos los nichos.Hasta la fecha, los investigadores han utilizado técnicas que van desde la genómica (como el desarrollo de una lista de genes con funciones en el desarrollo de las extremidades, tal como, Hoxd) a la anatómica (por ejemplo, realizando una serie de comparaciones en la morfología de los embriones) para investigar los procesos de desarrollo que conforman la morfología de las extremidades de los mamíferos de cinco órdenes (Figura 2):

  • 1.       Marsupialia (marsupiales, que a veces se dividen en varios órdenes): Las extremidades anteriores están muy desarrolladas al nacer con una musculatura bien desarrollada y dígitos libres. Por el contrario, las extremidades posteriores marsupiales permanecen en una etapa de desarrollo tipo paleta durante más tiempo, las cuales cuelgan del cuerpo en los recién nacidos.

En la etapa adulta, generalmente conservan cinco dedos, aunque ciertos grupos como los diprotodontes (canguros, koalas, zarigüeyas, etc.) y los peramelomorfos (bilbies y bandicoots), muestran sindactilia (fusión congénita o accidental de dos o más dedos entre sí, en su caso del segundo y tercer dígito de la extremidad posterior).
  • 2.       Chiroptera (murciélagos): Las modificaciones evolutivas en la estructura de la extremidad anterior permitieron a los murciélagos convertirse en los únicos mamíferos capaces de volar. Estas modificaciones incluyeron una ampliación general de la extremidad, la retención de los tejidos interdigitales para formar una membrana que funcionase como un ala y el alargamiento de los dígitos para soportar esta membrana. Debido a esto, el ala de murciélago ha sido el foco de muchos estudios evolutivos y de desarrollo.

  • 3.       Rodentia (roedores): De acuerdo con su diversidad taxonómica, los roedores muestran una diversidad de fenotipos de las extremidades que incluyen los brazos de madriguera de las ratas topo, los pies palmeados de los castores y las patas alargadas de los jerbos que les permiten desplazarse saltando.

  • 4.  Cetartiodactyla (Cetáceos: delfines, ballenas; Artiodáctilos: ungulados pares): En el transcurso de su historia evolutiva, numerosos linajes dentro de este grupo han experimentado una reducción de dígitos, combinando en ciertos casos los laterales que se han perdido por completo, como podemos observar en el camello y la oveja, los cuales sólo conservan los dígitos III y IV.

Por otro lado, las extremidades de Cetáceos exhiben adaptaciones diversas y notables para un estilo de vida acuático. Pierden los elementos de las extremidades posteriores más distales, y la transición de un antepasado terrestre, de extremidades posteriores a una ballena acuática libre de ella está documentada por el registro fósil.

Es digno de mención que los cetáceos son los únicos mamíferos que han desarrollado hiperfalangia, un aumento en el número de falanges más allá de los tres falanges por dígito propio de los mamíferos.

Figura 3: 110 días de edad Stenella attenuata (hiperfalangia)

  • 5.       Perissodactyla (ungulados de pezuñas impares): Este Orden contiene sólo tres familias vivas: equinos (caballos,burros,cebras), rinocerontes y tapires. Sin embargo, el registro fósil demuestra que fue el grupo más diverso en el pasado y documenta una tendencia importante en la evolución: la reducción de los dígitos laterales. En el linaje de los caballos se ha utilizado a menudo como ejemplo en los libros de texto para estudiar la transformación evolutiva, comenzando por cinco dígitos hasta finalmente retener sólo el tercer dígito. Esto se debe a que muestran un aumento en la muerte celular lateral temprano durante la etapa de regresión del tejido interdigital.

Figura 2: Extremidades de especies representativas de mamíferos para las que se ha investigado el desarrollo de extremidades. Fila superior, de izquierda a derecha: murciélago, ballena, zarigüeya (arriba), ratón (abajo), wallaby. Fila inferior, de izquierda a derecha: caballo, camello, vaca, cerdo y jerbo. Las extremidades anteriores se muestran para todas las especies, excepto canguro y jerbo, para las cuales se representan las extremidades posteriores. Azul, estilopodo; amarillo, zeugopodo; y verde, autopododo.


Espero que os haya despertado la curiosidad sobre este tema y os haya sido ameno. Os dejo a continuación algunos enlaces que he encontrado de interés para aquellos que quieran informarse un poco más en profundidad sobre el tema:

- Curiosidades:



-  Neodarwinismo


Y eso es todo por el momento. ¡Nos vemos en la próxima entrega!

REFERENCIAS:
  • Sears K, Maier JA, Sadier A, Sorensen D, Urban DJ. Timing the developmental origins of mammalian limb diversitygenesis2018;56:e23079. https://doi.org/10.1002/dvg.23079
  • Cooper LN, Sears KE, Armfield BA, Kala B, Hubler M, Thewissen JGM. Review and experimental evaluation of the embryonic development and evolutionary history of flipper development and hyperphalangy in dolphins (Cetacea: Mammalia)genesis2018;56:e23076. https://doi.org/10.1002/dvg.23076
  • Vermeij, G., & Motani, R. (2018). Land to sea transitions in vertebrates: The dynamics of colonization. Paleobiology, 1-14. https://doi.org/10.1017/pab.2017.37 
  • Ventura A, Rodrigues Nogueira M, Lucio Peracchi A. (2018): Comparative prenatal development and embryonic staging of neotropical fruit bats (genus Artibeus) https://doi.org/10.1016/j.jcz.2018.01.008 
  • Pardo‐Pérez, J. M., Kear, B. P., Gómez, M. , Moroni, M. and Maxwell, E. E. (2018), Ichthyosaurian palaeopathology: evidence of injury and disease in fossil ‘fish lizards’. J Zool, 304: 21-33. doi:10.1111/jzo.12517



Encontrado el eslabón perdido (murciélago edition)

$
0
0

El eslabón perdido de los murciélagos.

Los murciélagos en Australia.

Las principales islas de Nueva Zelanda son las más extensas del fragmento emergente del continente Zelandia, masas de tierra entre las cuales hoy se encuentran Nueva Caledonia, Chatham, la isla de Lord Howe y las islas Campbell1,2. Zelandia, separada de la parte Australo-Antartica de Gondwana en una división que comenzó hace 130 Ma (Millones de años).

 A día de hoy, Nueva Zeanda tiene una de las faunas biogeográficamente más distinctivas, que incluyen muchos antiguos linajes endémicos e inmigrantes más recientes. Su fuana actual de mamíferos terrestres consta de tres especies de murciélagos, las otras especies de mamíferos modernos han sido introducidas a lo largo de los últimos  800 años3.
Chalinolobus tuberculatus, de la familia de murciélagos Vespertilionoidae, está cercanamente relacionada con sus congeneres australianos y probablemente hizo un cruce trans-Tasmania hace menos de 2 Ma4. Las otras 2 especies recientes de murciélagos, Mystacina tuberculata y Mystacina robusta son los únicos miembros vivos de la familia Mystacinidae.
Mystacinidae es una de las seis a siete familias extintas que formaban la superfamilia Noctolionoidea, en conjunto con las familias neotropicales Phyllostomidae, Noctilionidae, Mormoopidae, Furipteridae and Thyropteridae5.
Noctilionoidea es la única superfamilia de murciélagos con origen en Gondwana6. Los datos guardados de los fosiles de los noctilionoides son bastantes pobres, especialmente del Paleogeno7,8, pero las reconstrucciones biogeográficas sugieren que su morfología y ecología probablemente sea de origen africano.

A continuación, analizaremos un hallazgo realizado recientemente que otorgará algo de luz a este periodo del cual se desconocían muchas cosas sobre la morfología de los murciélagos.

Paleontológia sistemática .

Orden Chiroptera Blumenbach,1779.
Suborden Yangochiropera Van den Bussche & Hoofer,2004 
Superfamilia Noctilionoidea gris, 1821
Familia Mystacinidae Dobson, 1875
Vulcanops jennyworthyae gen. et sp. nov.
Figure 1
Figure 1
Figure 2
Figure 2 

¿En qué se diferencia?

Se diferencia de otros mystacinidos (especies de Mystacina y Icarops) en exhibir los siguientes rasgos: m1-2 paracono bucalmente desplazado y no alineado con el metaconoide y entocoide ademas el talonoide es considerablemente más ancho que el trigonoide; m1-3 cristid obliqua está curvado en vez de estar recto, con una inflexión cerca del trigonoide, que hace contacto en este en vez de en el punto medio entre el protoconoide y el metaconoide; m1-3 solo hypoflexido superficial; m3 más reducido en longitud y ancho; M1-2 con hipocono presente parastyle cónico; M3 largo con ángulos amplios entre ectoloph cristae.

Masa corporal.

Usando las ecuaciones de Gunnel et. al 9.  y las representaciones del área del primer molar superior, del área del primer molar inferior y el diámetro del medio húmero, la masa de 8 de las 10 especies conocidas extintas y existentes del taxón mystacinido:
† Indica taxón extincto; E, Early; L, Late; (#) , número de especies.

Filogénia

Figure 3 
50% del árbol de consenso de la regla de mayoría de los árboles postcombustibles del análisis bayesiano de evidencia total de 292 caracteres dentales con más de 11.1kb de datos de secuencia de ADN mitocondrial y nuclear. Los valores en los nodos representan valores de probabilidades posteriores bayesiandas mayores a 0.5. † indica un taxón extinto; verde, Myzopodidae; rojo, Mystacinidae + Vulacnops. Ilustración  poor Peter Schouten.
 
 Este análisis bayesiano coloca al murciélago Vulcanops jennyworthyae en el Mioceno de Nueva Zelanda, entre el resto de especies vivas y fosiles de mystacinidos en Australasia. Los resultados generales del análisis filogenético son ampliamente congruentes con los recientes estudios moleculares moleculares a gran escala de murciélagos10,11,12,13,14.
Si el Vulcanops  es un mystacinido, como sugerimos aquí, eleva a cuatro el número de representantes de esta familia de murciélagos en la fauna del Mioceno St Bathans15,16. En Australia, por lo menos otras cuatro especies de mystacinidos, todos en el género Icarops, están registrados en depósitos que van desde el Oligoceno hasta el Mioceno en el sur de Australia, Queensland y el territorio norteño, con dos especies coexistiendo en algunos depositos de Queensland17 .
 
Resultado de imagen de vulcanops jennyworthyae"Vulcanops jennyworthyae"

Referencias:

Artículo:  https://www.nature.com/articles/s41598-017-18403-w#Fig3

  • 1: Campbell, H. & Hutching, G. In search of ancient New Zealand. Penguin and GNS Sciences, Wellington, New Zealand, 240 pp. (2007).
  • 2: Goldberg, J., Trewick, S. A. & Paterson, A. M. Evolution of New Zealand’s terrestrial fauna: a review of molecular evidence. Phil. Trans. R. Soc. B363, 3319–3334 (2008).
  • 3: Wilmshurst, J. M., Anderson, A. J., Higham, T. F. G. & Worthy, T. H. Dating the late prehistoric dispersal of Polynesians to New Zealand using the commensal Pacific rat. Proc. Natl. Acad. Sci. USA105, 7676–7680 (2008).
  • 4:  O’Donnell, C. F. J. New Zealand long-tailed bat in The handbook of New Zealand mammals. 2nd edition (ed. King, C. M.) 98–109 (Oxford University Press, 2005).
  • 5 : Simmons, N. B. Order Chiroptera in Mammal species of the world: a taxonomic and geographic reference (ed. Wilson, D. E. & Reeder, D. M.) 312–529 (Smithsonian Institution Press, 2005).
  • 6:  Teeling, E. C. et al. A molecular phylogeny for bats illuminates biogeography and the fossil record. Science307, 580–584 (2005).
  • 7:  Morgan, G. S. & Czaplewski, N. J. Evolutionary history of the Neotropical Chiroptera: the fossil record in Evolutionary history of bats: fossils, molecules and morphology (ed. Gunnell, G. F. & Simmons, N. B.) 105–161 (Cambridge University Press, 2012).
  • 8:  Gunnell, G. F., Simmons, N. B. & Seiffert, E. R. New Myzopodidae (Chiroptera) from the Late Paleogene of Egypt: Emended family diagnosis and biogeographic origins of Noctilionoidea. PLoS ONE9(2), e86712 (2014).
  • 9:  Gunnell, G. F., Worsham, S. R., Seiffert, E. R. & Simons, E. L. Vampyravus orientalis Schlosser (Chiroptera) from the Early Oligocene of Egypt – body mass, humeral morphology and affinities. Acta Chiropt.11, 271–278 (2009).
  • 10:  Rojas, D., Warsi, O. M. & Dávalos, L. M. Bats (Chiroptera: Noctilionoidea) challenge a recent origin of extant Neotropical diversity. Syst. Biol.65, 432–448 (2016).
  • 11:  Meredith, R. W. et al. Impacts of the Cretaceous terrestrial revolution and KPg extinction on mammal diversification. Science334, 521–524 (2011).
  • 12:  Amador, L. I., Moyers Arévalo, R. L., Almeida, F. C., Catalano, S. A. & Giannini, N. P. Bat systematics in the light of unconstrained analyses of a comprehensive molecular supermatrix. J. Mammal. Evol. https://doi.org/10.1007/s10914-016-9363-8 (2016).
  • 13:  Shi, J. J. & Rabosky, D. L. Speciation dynamics during the global radiation of extant bats. Evolution69, 1528–1545 (2015).
  • 14: Phillips, M. J. Geomolecular dating and the origin of placental mammals. Syst. Biol.65, 546–557 (2016).
  • 15:  Hand, S. J. et al. Miocene mystacinids (Chiroptera: Noctilionoidea) indicate a long history for endemic bats in New Zealand. J. Vertebr. Paleontol.33, 1442–1448 (2013).
  • 16:  Hand, S. J. et al. Miocene fossils reveal ancient roots for New Zealand’s endemic Mystacina (Chiroptera) and its rainforest habitat. PLoS ONE10(6), e0128871 (2015).
  • 17: Hand, S. J., Archer, M. & Godthelp, H. Australian Oligo-Miocene mystacinids (Microchiroptera): upper dentition, new taxa and divergence of New Zealand species. Geobios38, 339–352 (2005).

Tu amigo y vecino el escarabajo

$
0
0
¡Muy buenas! Aqui estoy de nuevo para revelaros y hablaros de la bonita e interesante historia evolutiva de nuestros queridos insectos. En la anterior publicación hice una pequeña introducción de como fue la evolución de estos y además hablé de una nueva clasificación de estos, la clasificacion según las piezas bucales, que se basaba en las diferencias que hay entre piezas bucales de los insectos.

En esta publicación, traigo un artículo de la revista Nature"Evolutionary history of Coleoptera revealed by extensive sampling of genes and species", que trata sobre la historia evolutiva del orden más grande de todas dentro de la clase insecta, además de ser la mayor dentro de todo el reino animal (forman aproximadamente el 25% de todas las especies de animales descritas), así es, hablo de los coleópteros o mejor conocidos como los escarabajos. Este grupo al ser tan numeroso es el mas diverso de todos los insectos, su biodiversidad hace que estos insectos estén presentes en practicamente casi todos los ecosistemas, ocupando además papeles importantes dentro de estos, todo ello implica una larguísima historia tras ellos.

El problema de su clasificación 
Todas estas diferencias y especializaciones que dan lugar a la enorme biodiversidad de escarabajos presentes (y extintos) en el planeta, son un quebradero de cabeza para los que intentan llevar a cabo una clasificacion ya sea por caracteres morfológicos o por filogenética de estos, siendo uno de los desafíos mas complejos de la entomología.
En la actualidad, gracias a las nuevas técnicas y a las enormes bases de datos (datos moleculares, secuenciación génica, etc...) se han conseguido grandes avances en clasificaciones filogenéticas pero aún asi quedan muchos frentes abiertos y varios clados de este gigantesco arbol filogenético que no están claros, diferentes investigadores han propuestos sus teorías pero ninguna de ellas está confirmada ni tienen demasiado apoyo.


En la imagen se muestran las 9 diferentes propuestas a la relacion de 4 subordenes dentro del orden de coleoptera debido a la carencia de datos y la enorme biodiversidad.

La mayoría de las nuevas clasificaciones y avances en la filogenia de los escarabajos viene por la secuenciación de genes de estos y su comparación ya que es el método que nos proporciona información más exacta y fiable, pero una vez más, los escarabajos nos dan problemas y nos dificultan el proceso, la mayoría de estas secuenciaciones y estudios hasta el momento se han realizado con genes mitocondriales o con ADN ribosomal, lo que nos proporciona información que se queda corta y es insuficiente para poder entablar relaciones filogenéticas a niveles mayores y es un problema actual.

Clasificación filogenética con genes NPC

Existen otros genes que se pueden codificar y nos proporcionan una buena información filogenética para llevar a cabo la dificil clasificación de los insectos (una tenue luz al final de este enorme túnel), estos son los genes de codificación de proteínas nucleares o NPC (proveniente del inglés: nuclear protein-coding), ¿Qué son estos genes? estos genes son los encargados de codificar proteínas nucleares que son aquellas presentes en el núcleo de las células como las que forman los poros nucleares (si quieres conocer más sobre estas proteinas pincha aquí).

Los genes de NPC, hasta ahora aunque nos proporcionaban mejores datos su uso estaba muy restringido ya que se disponía solo de menos de 10 de estos por su poco uso hasta ahora, que se ha aumentado en gran medida la cantidad de estos genes hasta unos 93 genes NPC, siendo el estudio filogenético sobre escarabajos con mayor cantidad de datos y posibilidades, consiguiendo abarcar todos los subordenes, series, superfamilias y unas 373 especies.
 Esto nos permite llevar a cabo la realización de un arbol filogenético muy completo en el que se establecen relaciones filogenéticas en los mayores linajes y se aporta una base más fuerte para toda esta filogenia consiguiendo que sea más exacta, además como consecuencia se pueden establecer las edades y patrones de diversificación de los distintos linajes de los coleópteros.

Para realizar este arbol filogenético, a partir de los 93 genes se obtuvieron aproximadamente unos 23800 amioácidos con los que se estimaron los árboles, deduciendo secuencias de proteínas usando métodos estadísticos para todos los procesos, que se aproximan lo máximo posible a la realidad, dando como resultado unos árboles filogenéticos bien resueltos y que fueron comparados con las filogenias obtenidas a partir de otras proteínas siguiendo los mismos procedimientos y dieron resultados similares lo que indica que esta filogenia obtenida es estable y "fiable".
Esta es la enorme filogenia que presentan los coleópteros siguiendo este novedoso método:


Como he mencionado antes en esta entrada, uno de los mayores conflictos de este arbol de coleópteros era sobre cuál era la colocación correcta de 4 de los principales subórdenes y había planteadas 9 hipótesis. Bien, estos 4 subórdenes son: Polyphaga, Adephaga, Myxophaga y Archostemata.


Este arbol da veracidad a la hipótesis y modelo que proponia que Polyphaga es una rama que tiene relación directa con la de Adephaga de la cual, derivan los otros dos subórdenes que restan que son Myxophaga y Archostemata. Este estudio podría poner fin a todos estos desacuerdos entre los diferentes investigadores.

Se puede observar también dentro del suborden de Adephaga dos grandes grupos: Geadephaga (terrestres) y Hydradephaga (acuáticos), en este último no se consiguen resultados demasiado fiables aún por falta de genes y especies. Al igual que ocurre en este clado ocurre en otros ya que hay muchas especies que no se ponen ya sea por falicitar procedimientos o porque puede que aún no se hayan descubierto ni siquiera.

Un aspecto que llama la atención es la enorme rama de la derecha que es un único infraorden enorme , la de Cucujiformia formada por escarabajos que se alimentan de plantas principalmente.

Escala temporal

Como no es de extrañar en los temas de paleontología y evolución, los diferentes autores e investigadores estaban en contra sobre cuál era el ultimo antecesor común de los coleópteros, unos los datan en el Carbonífero (333 M.a) mientras que otros databan la aparición de estos en el Pérmico (270 M.a).


Este estudio además de dar como resultado un nuevo arbol filogenético, da una nueva escala temporal de la evolución de los insectos, para llevar a cabo esta datación se han utilizado de nuevo metodos estadísticos junto a 20 fósiles de escarabajos que actúan como puntos guía para calibrar la medición.
Teniendo en cuenta siempre que los fósiles de escarabajos no dan una información muy extacta debido a su baja conservacion y que, aunque la clasificación de los mayores subórdenes es mas estable y fiable, la de los infraórdenes que engloban no tanto, esto da lugar a que haya siempre un intervalo de error en algunos casos alto.
Obtenemos esta escala temporal:

Tras llevar a cabo esta medición a partir de los datos moleculares se obtiene que el ultimo antecesor común de los coleópteros data de unos 297 M.a lo que pertenece al Pérmico en un periodo muy temprano lo que indica que ninguno de las dos hipótesis anteriores son correctas, si no que se encuentra entre ambas.

El suborden Polyphaga, es el más antigo datado de hace unos 280 M.a del pérmico temprano, pero la gran proliferación de los principales y mayores infraordenes que surge de este suborden se produce en el Triásico, hace unos 240-205 M.a. Durante el Cretácico es cuando se produce la mayor proliferación de las familias (datos menos precisos por falta de especies o poca fiabilidad de los fósiles).

Conociendo esta escala temporal "precisa" nos planteamos cuales son los sucesos que dan lugar a la enorme proliferación de este órden, que suceso o sucesos son los que dan lugar a la gran biodiversidad de escarabajos que hay y ha habido en la Tierra.

Diversos investigadores han dado sus propias explicaciones en las que algunos señalan como un factor clave de su supervivencia la aparicion de los élitros que protegen a los escarabajos de amenazas y les aportan una ventaja clave, otros le dan una gran importancia al ciclo metamórfico completo y de los escarabajos y su papel importante en los nichos ecológicos que ocupa y por último se relaciona en gran medida, al igual que con la moyoría de los insectos, con la aparición de las plantas gimnospermas.

Sobre las gimnospermas, al realizar comparaciones entre etapas de proliferación de los escarabajos y la de la aparición y extensión de estas plantas se puede observar que coincide la etapa de mayor proliferación de subórdenes e infraórdenes de escarabajos (fitófagos en su mayoría) con el Cretácico (hace unos 160 M.a), etapa en la que se produce la colonización de todos los continentes por las angiospermas.
Mientras, los otras dos grandes subórdenes de escarabajos  (depredadores) surgen a comienzos del Jurásico. No es coincidencia, puesto que durante el Jurásico la tierra estaba habitada por los grandes dinosaurios en su momento de mayor auge.

Y con esto me despido, os espero en la siguiente publicación de este hilo sobre los pequeños pero muy abundantes e interesantes insectos. ¡Hasta la proxima!

Referencias:
  • Ślipiński, S. A., Leschen, R. A. B. & Lawrence, J. F. in Animal biodiversity: an outline of higher-level classification and survey of taxonomic richness Vol. 3148 (ed Zhang, Z.-Q.) 203–208 (2011).
  •  Crowson, R. A. The Biology of the Coleoptera (Acadamic Press, 1981).
  • Crowson, R. A. The Natural Classification of the Families of Coleoptera (Nathaniel Lloyd, 1955).
  • Crowson, R. A. The phylogeny of Coleoptera. Annu. Rev. Entomol.5, 111–134 (1960).

 

Un misterio.

$
0
0


 Sin duda alguna es un misterio. Ahora resulta que, tras haber analizado el ADN de restos fósiles de diferentes individuos datados de hace unos 15.000 años en el norte de África, no hay relación genética en esta época entre europeos y africanos. ¿Cómo es esto posible? Parecía haber evidencias claras, como esas herramientas de tipo achelense (de las que hablamos en la entrada anterior) encontradas en Galicia que correspondían a un tipo de herramientas que ya se daban en África tiempo atrás, de que había habido paso de africanos a Europa desde hace ya más de 300.000 años (que es de cuando data este yacimiento ya mencionado). ¿Quiere decir esto que entre Europa y África no hubo flujo de “humanos” en el Pleistoceno? ¡Claro que no, qué locura! Está bastante claro, aunque aún no están del todo clara la ruta, que hubo paso de habitantes de África a Europa. Pero, el ADN no engaña (como el algodón). ¿Entonces, qué significa todo esto? Bueno, vayamos por partes.

















Según este artículo publicado en Science, en un importante yacimiento al norte de África, en el que hace varios años se encontraron restos humanos de hace unos 15.000 años, junto con puntas de flecha y puntas de piedra pequeñas y sofisticadas, que asumieron eran parte de una cultura europea avanzada que había migrado a través del Mediterráneo hacia el norte de África. Esta teoría ya no se sostiene, ya que tras haber analizado en ADN de nueve individuos de este yacimiento ubicado en Marruecos, usando una secuencia avanzada y métodos analíticos, han obtenido que no hay genes europeos en estos huesos. Sin embargo, sí los hay de poblaciones contemporáneas del Oriente y de poblaciones subsaharianas. Concretamente dos tercios de su patrimonio corresponden a los primeros y aproximadamente un tercio es más similar a estos últimos.

Esto plantea varios avances importantes. Para empezar es el ADN más antiguo recuperado de África, ya que debido al clima, es difícil conseguir ADN en buen estado tan antiguo. Sin embargo, se ha conseguido gracias a que este yacimiento era un cementerio, por lo que este ADN se encontraba mejor preservado que otros.

Por otro lado, estos datos arrojan un gran descubrimiento, y es que debido a la gran cantidad de genes relacionados con poblaciones de Oriente, se puede deducir que existían relaciones entre estas poblaciones mucho antes de lo que se creía. Además, en cuanto a la relación con poblaciones subsaharianas, plantea un gran interrogante, ya que el desierto del Sáhara se consideraba una barrera importante para los habitantes de aquella época y son los resto del norte de África con mayor relación subsahariana encontrados hasta ahora.

Con todo esto, los investigadores no están seguros de dónde proviene este patrimonio ya que nunca se había encontrado esta combinación genética tan particular, por tanto, ¿estamos ante una cultura misteriosa sin relación alguna con los europeos de ese entonces?

Lo gracioso de todo esto, es que a la cultura que allí habitaba se la había denominado “Iberomaurus”, ya que se creía que tenía relación con la Península Ibérica. Ya ven que no.

Pero, si algo sacamos en claro de todo esto es que, comprender la historia de África es fundamental para entender la historia del ser humano.


Otras referencias:

http://www.europapress.es/ciencia/ruinas-y-fosiles/noticia-adn-antiguo-africa-ofrece-pistas-misteriosa-cultura-20180316113136.html

Eres un rabo de lagartija...fósil.

$
0
0
En el anterior artículo hablamos de cómo algunos famosos lagartos se pusieron a dos patas para cumplir sus sueños. Bien, con este otro artículo desvelamos que su verdadera  intención no es otra que la de seguir viviendo. Si unimos la capacidad de correr a dos patas con la que nombraremos a continuación, dejamos claro que, si no eres un poderoso cocodrilo o una resistente tortuga, eres un cobarde escamoso, que poco más puede hacer que engañar con el rabo.


Muchos lagartos pueden soltar una parte de su cola en respuesta al ataque de un depredador, un comportamiento conocido como autotomía caudal. Debido a que no se conoce ese comportamiento en cocodrilos y tortugas, se sugiere que la capacidad evolucionó en la rama Lepidosauria (tuátaras, lagartos, serpientes y anfisbenios).

La autotomía caudal

La autotomía caudal de Squamata, o escamosos (lagartoscamaleonesiguanas y afines, serpientes y culebrillas ciegas), y la posterior regeneración de la cola se han estudiado extensamente debido a la importancia adaptativa de este comportamiento único antipredatorio (Etheridge, 1967; Arnold,1984; Seligmann et al., 2008; Bateman & Fleming, 2009; Clause & Capaldi, 2006). Además de aumentar las posibilidades de supervivencia al facilitar el escape, puede distraer a los depredadores y minimizar la pérdida de sangre después de una lesión (Bely & Nyberg, 2010). Los lagartos existentes muestran dos tipos de autotomía caudal:
  1. Autotomía intravertebral:Las vértebras caudales pueden separarse a lo largo de un plano de fractura preexistente que pasa a través del cuerpo vertebral y del arco neural. Sólo se observa en los lepidosaurios existentes y se asocia con una regeneración más extensa de la cola (Etheridge, 1967).
  2. Autotomía intervertebral:La división ocurre entre vértebras caudales adyacentes (Arnold, 1984; Bateman & Fleming, 2009). Se encuentra en varias especies de Agama y en algunas serpientes, y parece haber evolucionado múltiples veces desde una condición ancestral no autotómica (Etheridge, 1967; Arnold,1984).

Ya que en este postnos vamos a centrar en la autotomía intravertebral, ahondemos en ello. La autotomía intravertebral ya se encuentra en las familias de lagartos filogenéticamente anteriores y el tuátara, con planos de fractura en sus vértebras caudales (Etheridge, 1967;Seligmann et al., 2008). Estos planos de fractura son áreas de debilidad a lo largo de la vértebra que resultan de la fusión incompleta de los esclerotomas (vértebras y discos intervertebrales, costillas y cartílagos costales) adyacentes durante el desarrollo vertebral (Winchester & Bellairs, 1977). En la vértebra totalmente osificada, el plano de fractura es un tabique transversal a través de la vértebra donde no se produce la deposición ósea.

Los captorínidos

Los únicos amniotas que muestran una evidencia convincente de autotomía caudal fuera de Lepidosauria son miembros del clado Captorhinidae (Price, 1940; Dilkes & Reisz, 1986). Los captorínidos, inicialmente, eran pequeños reptiles carnívoros (menos de 10 kg). Se originaron en el Carbonífero Tardío y se expandieron por todo el globo antes de la extinción en masa de finales del Pérmico (Müller & Reisz, 2005; Reisz et al., 2011; Ricqlès & Taquet, 1982), llenando numerosos nichos ecológicos como carnívoros, omnívoros y herbívoros pequeños, dentro de comunidades terrestres donde predominaban los depredadores (Reisz et al., 2015; LeBlanc et al., 2015; Reisz & Fröbisch, 2014; Modesto et al., 2014).


La importancia evolutiva de la autotomía caudal en reptiles paleozoicos nunca se ha discutido más allá de los informes preliminares sobre planos de fractura aparentes.  Sin embargo, los avances en nuestra comprensión de la filogenia reptiliana ahora demuestran claramente que si los captorínidos realmente exhibían autotomía caudal, ésta fue la primera aparición de este comportamiento en Amniota, que más tarde evolucionó de forma independiente en los lepidosaurios, ya que los únicos registros de planos de fractura en las vértebras caudales de los captorínidos sugieren que no pasan completamente a través del cuerpo vertebral, como lo hacen en los lepidosaurios modernos (Etheridge, 1967; Arnold,1984; Price, 1940).
Además, es importante la posibilidad de una variación interespecífica u ontogenética a través de Captorhinidae, variando drásticamente el número de supuestas vértebras autotómicas en diferentes especies. Con ello se puede comprender lo extendido que estaba el comportamiento y si las presiones de depredación variaban, ocasionando dichos cambios en la capacidad de autotomía
Para abordar estos puntos, se ha examinado una muestra grande de vértebras caudales captorínidas aisladas, del sistema de cuevas kársticas de la localidad Richards Spur del Pérmico Temprano (Artinskiense, 289-286 millones de años), ubicada en Dolese Brothers Quarry en Oklahoma, EE. UU.  Así, se compararon los supuestos planos de fractura en captorínidos con los de una iguana juvenil y otra adulta, ya que este escamoso moderno exhibe una reducción ontogenética de la autotomía caudal (Arnold,1984).

Las vértebras caudales de Captorhinidae y sus fracturas

Estas vértebras caudales tienen divisiones transversales a lo largo de las superficies medio-ventrales del centro (Fig. 1a-c). Dichas divisiones no pueden ser características tafonómicas, ya que se encuentran consistentemente en la misma región de numerosos centros caudales y están ausentes en las vértebras caudales más anteriores, que contienen costillas (Fig. 1d). Las secciones delgadas longitudinales de vértebras caudales autótomas en captorínidos revelan que el plano de fractura se extiende a través de la pared ventral del cuerpo vertebral en forma de carrete y alcanza el suelo del canal notocordal a lo largo de la parte dorsoventral más estrecha del cuerpo vertebral (Fig. 1f, g).

Fig. 1: Planos de fractura en vértebras caudales de captorínido.
(a) Reconstrucción artística del reptil pérmico Captorhinus con una cola autotómica (recuadro que muestra las vértebras caudales anteriores con planos de fractura). (b) Imagen y (c) imagen SEM de una vértebra caudal anterior aislada (ROM 73769) con un plano de fractura que pasa a través del cuerpo vertebral (flecha negra). (d) Vista ventral de una vértebra caudal anterior con soporte de costillas (ROM 77410) que muestra la ausencia de cualquier plano de fractura. (e) Vista ventral de una vértebra caudal con un plano de fractura (flechas negras) (ROM 73771) (f) sección delgada a través del plano sagital de una vértebra caudal (ROM 73773) con un plano de fractura (flecha negra) que pasa por la porción ventral del cuerpo vertebral. (g) Primer plano del plano de fractura (flechas negras) en (f) pasando al canal notocordal. Abreviaturas: cb, hueso cortical; cct, cartílago calcificado; ce, cuerpo vertebral; nc, canal neuronal; ns, espina neural; ntc, canal notocordal. Reconstrucción por Danielle Dufault.

Ciertas comparaciones de las capas de tejido duro de cada cuerpo vertebral caudal captorínido, indican que la división se forma durante la osificación del cuerpo vertebral y no como resultado de la resorción ósea (eliminación de tejido óseo por los osteoclastos) a lo largo de la línea media del cuerpo vertebral. Los tabiques de autotomía se forman de forma similar durante la osificación de las vértebras caudales, no como en los escamosos modernos, por la resorción ósea (Winchester & Bellairs, 1977).
Las secciones transversales seriales a través de vértebras caudales que portan un plano de fractura confirman que estas características están restringidas a la mitad ventral de cada cuerpo vertebral. La brecha comienza en la base ventral de la vértebra, donde es considerable (Fig. 2a, b); atraviesa todo el ancho de las paredes laterales del cuerpo vertebral y hacia el canal notocordal (Fig. 2c, d), y se interrumpe en el hueso endocondral/endosteal que forma el núcleo interno de la vértebra (Fig. 2e, f). A pesar de estar restringido a la mitad ventral de cada cuerpo vertebral, los planos de fractura probablemente permitieran la autotomía caudal.

Fig. 2: Secciones transversales seriales a través del centro del plano de fractura de la vértebra caudal en captorínidos. (a) Sección transversal tomada cerca de la base del cuerpo vertebral (ROM 73771); (b) Primer plano del plano de fractura que atraviesa la superficie ventral del cuerpo vertebral en (a). (c) Sección transversal tomada al nivel del canal notocordal (ROM 73774). (d) Detalle del plano de fractura en (c) que pasa a través del cuerpo vertebral hacia el canal notocordal. (e) Sección transversal tomada a lo largo del techo del cuerpo vertebral (debajo del arco neural) (ROM 73774). (f) Detalle del plano de fractura en (g) que pasa a través del hueso cortical externo, pero no el hueso endoóseo/endocondral más interno. Abreviaturas: cb, hueso cortical; eb, hueso endocondral; rl, línea de inversión; sf, fibras de Sharpey. 

Una vértebra muestra una rotura aparente post-mortem a lo largo del plano de fractura, lo que proporciona una visión de la dinámica de la autotomía intravertebral en captorínidos. La vértebra muestra claramente un plano de fractura, basado en los bordes redondeados a cada lado del corte a lo largo de la superficie ventral del cuerpo vertebreal (Fig. 3). La ruptura posterior debe haber ocurrido algún tiempo después de la muerte y la desarticulación de los restos de este individuo. Sin embargo, la grieta sigue el plano de la fractura dorsalmente y se extiende ligeramente hacia la parte posterior hacia el extremo posterior del arco neural, rompiéndose las vértebras caudales con arcos neurales fusionados (Fig. 3).

Fig. 3: Trayectoria hipotética de rotura de autotomía en el centro caudal en los captorínidos. (a-c) Vistas lateral, anterior y ventral de un cuerpo vertebral caudal con plano de fractura, que muestra la extensión del plano de fractura, que no pasa por el arco o la espina dorsal (ROM 73774). (d, e) Imágenes SEM de una rotura post mortem en una vértebra caudal de un captorínido (ROM 77409) a lo largo de su plano de fractura. La ruptura sigue el plano de debilidad formado por el plano de autotomía (flecha blanca) y se encuentra en los lados izquierdo (d) y derecho (e), lo que sugiere que este fue el plano de debilidad en vida. (f) Reconstrucción de la autotomía caudal en una vértebra caudal. Durante la autotomía, la fractura sigue la ruta de menor resistencia a través de la mitad dorsal del cuerpo vertebral caudal y la base posterior del arco neural, evitando la espina neural. Abreviatura: na, arco neural; nc, canal neuronal; ns, espina neural; ntc, canal notocordal.

Se desconoce el número exacto de vértebras caudales en Captorhinus. Sin embargo, algunas vértebras se pueden asignar con confianza a las regiones anterior, media y posterior de la cola (Fig. 4a-c).
  1. Las espinas neurales de los caudales anteriores son altas y estrechas y se extienden postero-dorsalmente en ángulos relativamente altos. Sus respectivos centros son proporcionalmente cortos y biselados como resultado de la articulación con los arcos heméricos.
  2. Los caudales posteriores tienen un centro más largo y las espinas neurales se extienden a ángulos mucho más bajos por la parte postero-lateral (Fig. 4e-g). Estas vértebras medias-caudales frecuentemente poseen planos de fractura, lo que indica que una gran parte de la cola era autotómica.

Desafortunadamente, no se puede determinar el número exacto de vértebras autotómicas, pero sí se revelan al menos ocho vértebras de ese tipo, comenzando alrededor de la sexta a la octava caudal (Figs. 1a y 4a-c). Ocho vértebras caudales autóctonas es, por lo tanto, una estimación muy conservadora de los captorínidos de Richards Spur. Curiosamente, una serie caudal de un gran ejemplar de Captorhinus laticeps de la cantera McAnn de Oklahoma (Fig. 4c) muestra una sección autotómica mucho más corta de la cola, que está limitada a solo cuatro caudales anteriores.

Fig. 4: Variación en regiones caudales autótomas en captorínidos del Pérmico Temprano. (a) Serie caudal parcial de un captorínido juvenil (OMNH 03304) con al menos cinco vértebras autótomas, comenzando con la última caudal "process-bearing" (flecha). Tenga en cuenta la presencia de arcos neuronales sin fusionar. (b) Región autónoma de una serie caudal articulada (OMNH 1020, la imagen se ha recortado para incluir solo la serie caudal) con al menos ocho vértebras autóctonas, comenzando con la última caudal "process-bearing" (flecha). (c) Serie caudal parcial de Captorhinus laticeps (OUSM 15024, la imagen ha sido recortada para incluir solo la serie caudal) con una región autónoma que comienza en la octava caudal (flecha) y termina en la undécima (asterisco). (d) Reconstrucción de la región caudal conocida de Captorhinus (modificada desde) 22, que muestra la extensión de la región autónoma (coloreada) basada en (a-f). (e-g) Aislado anterior (proceso transversal), medio (sin procesos transversales, espinas neurales inclinados pronunciadamente) y posterior (espinas neurales de bajo ángulo) vértebras caudales de captorínidos de la localidad de Richards Spur. Abreviatura: tp, proceso transversal.

Comparación con las vértebras caudales de iguana común

La anatomía y el desarrollo de las vértebras caudales autótomas en los escamosos se han descrito ampliamente (Etheridge, 1967; Winchester & Bellairs, 1977; Gilbert et al., 2013). Ahora compararemos las vértebras caudales con plano de fractura en captorínidos con vértebras autotómicas de especímenes juveniles y adultos de Iguana iguana (iguana común).
A diferencia de en los captorínidos, los planos de fractura en la iguana juvenil pasan a través de todo el centro y casi todo el arco neural (Fig. 5a-d).El plano de fractura está bordeado por hueso cortical compacto, similar a los planos de fractura en captorínidos.Las secciones longitudinales a lo largo de la línea media de las vértebras caudales muestran una capa delgada de hueso cortical en la extremidad dorsal del plano de fractura que parece unir las dos mitades del centro caudal (Fig. 1d). Durante la autotomía, esta división permite que la vértebra se separe, dejando una porción anterior corta del cuerpo vertebral y el arco neural (Fig. 5e). En el individuo más grande, el tabique de autotomía está cerrado por una masa de hueso cortical compacto y es apenas visible a lo largo de la superficie externa del centro (Fig. 5f-i).

Fig. 5: Comparaciones de planos de fractura a través de ontogenia en escamados y captorínidos. Las vértebras caudales en la iguana juvenil (ROM R9175) (a-d) tienen planos de fractura que se extienden a través de todo el cuerpo vertebral en sección delgada. Durante la autotomía, estos planos de fractura facilitan una ruptura en el tercio anterior de las vértebras, a través del arco neural y la columna vertebral, para permitir que la vértebra se divida en dos (e). Las iguanas más grandes y mayores (ROM 77408) (f-i) tienen planos de fractura cerrados y muestran una menor frecuencia de autotomía. Las grandes vértebras caudales anteriores de los captorínidos (ROM 73770) (j-m) poseen de forma similar planos de fractura cerrados en la sección delgada. Abreviaturas: cb, hueso cortical; nc, canal neuronal. 

Algunas vértebras caudales captorínidas muestran evidencia externa de un plano de fractura a lo largo de la superficie del cuerpo vertebral, pero el plano no pasa a través de la superficie ventral del hueso en una sección delgada (Fig. 5j-m). La región ventral media del centrum no es lisa, sino que posee una masa de hueso cortical mal organizado y vascularizado, lo que sugiere que, similar a la vértebra caudal más grande de la iguana, puede representar un plano de fractura cerrado.

Funcionamiento del mecanismo de autotomía y de regeneración

Los cortes tafonómicos en una vértebra caudal captorínida (Fig. 3) muestran que los planos de fractura pueden haber servido para propagar una fractura a lo largo de la base del arco neural cuando un depredador agarraba la cola. La fractura progresaría posteriormente a cualquier proceso transversal y al grueso de la espina neural (Fig. 3f). Esto hubiera permitido que un cuerpo vertebral caudal se dividiera en dos mitades desiguales durante la autotomía, incluso cuando los arcos neuronales se fusionaban con el centro. Esta forma de autotomía no habría dado lugar a una ruptura precisa a través de una sola vértebra, pero sin embargo sería efectiva para dejar caer la cola durante un ataque de un depredador.
Hasta la fecha, no hay evidencia que sugiera que los captorínidos pudieron regenerar una parte perdida de su cola.
Las diferencias en tamaño y grado de osificación de la muestra de vértebras autótomas sugieren que la capacidad de autotomizar la base de la cola es común a múltiples especies de captorínidos en la localidad de Richards Spur, y que había variabilidad ontogenética en la retención de la autotomía caudal. Desafortunadamente, la falta de esqueletos caudales completos para estas especies hace que sea difícil identificar qué especies captorínidas exhibieron autotomía caudal. Además, la naturaleza de los rellenos de cavernas y las operaciones de cantera en curso dificultan determinar el contexto estratigráfico de cualquier material recolectado del sitio (MacDougall et al., 2017; Kissel et al., 2002).
Además, este modelo, con el plano de fractura corriendo a través del centro, y luego pasando hacia atrás, hacia la espina neural, parece ser la explicación más parsimoniosa de cómo las vértebras pudieron separarse. Sin embargo, a diferencia de los lagartos, eso significaría que a pesar de dividir el centro por la mitad, todavía habría una conexión entre las zigapófisis de los arcos neurales. Incluso en captorínidos juveniles donde el arco neural no está fusionado con el centro, nuestro modelo requeriría una ruptura adicional entre las zigapófisis de las vértebras adyacentes. Por lo tanto, los captorínidos parecen tener un tipo único de autotomía caudal, una mezcla entre eventos intra e intervertebrales. La mayor parte de la ruptura ocurre a través del cuerpo del cuerpo vertebral caudal, parecido a la autotomía intravertebral, con la ruptura final ocurriendo en algún lugar entre las zigapófisis, posiblemente similar a la autotomía intervertebral.


Para concluir este post, resumimos que existe una amplia variación en las posiciones de los planos de fractura a lo largo o entre cada vértebra, así como en el número y las posiciones de las vértebras autóctonas (Etheridge, 1967; Pratt, 1946). En estos aspectos, los captorínidos fueron más similares a algunas iguanas y a los tuátaras existentes (Seligmann et al., 2008; Clause & Capaldi, 2006).
Muchos captorínidos pudieron soltar porciones significativas de sus colas. La frecuencia de pérdida de cola en los escamosos modernos se correlaciona fuertemente con la distancia de la región autónoma de la cloaca (Zani, 1996), lo que sugiere que el comienzo de la región vertebral autotómica cerca de la base de la cola puede reflejar una alta frecuencia de este comportamiento en poblaciones de captorínidos del Pérmico Temprano.
La autotomía caudal puede haber desempeñado un papel importante en la diversificación temprana de captorínidos, ya que fueron el primer grupo de amniotas en alcanzar una distribución casi global y diversificarse en nuevos nichos ecológicos en el Paleozoico Tardío (Reisz et al., 2011; Ricqlès & Taquet, 1982; LeBlanc et al., 2015; Modesto et al., 2014; Cisneros et al., 2015).

REFERENCIAS


  1. Etheridge, R. Lizard Caudal Vertebrae. Copeia 1967, 699 (1967).
  2. Arnold, E. N. Evolutionary aspects of tail shedding in lizards and their relatives. J. Nat. Hist. 18, 127–169 (1984).
  3. Seligmann, H., Moravec, J. & Werner, Y. L. Morphological, functional and evolutionary aspects of tail autotomy and regeneration in the ‘living fossil’ Sphenodon (Reptilia: Rhynchocephalia). Biol. J. Linn. Soc. 93, 721–743 (2008).
  4. Bateman, P. W. & Fleming, P. A. To cut a long tail short: a review of lizard caudal autotomy studies carried out over the last 20 years. J. Zool. 277, 1–14 (2009).
  5. Clause, A. R. & Capaldi, E. A. Caudal autotomy and regeneration in lizards. J. Exp. Zoolog. A Comp. Exp. Biol. 305A, 965–973 (2006).
  6. Bely, A. E. & Nyberg, K. G. Evolution of animal regeneration: re-emergence of a field. Trends Ecol. Evol. 25, 161–170 (2010).
  7. Winchester, L. & Bellairs, A. d’A. Aspects of vertebral development in lizards and snakes. J. Zool. 181, 495–525 (1977).
  8. Price, L. I. Autotomy of the Tail in Permian Reptiles. Copeia 1940, 119 (1940).
  9. Dilkes, D. W. & Reisz, R. R. The axial skeleton of the Early Permian reptile Eocaptorhinus laticeps (Williston). Can. J. Earth Sci. 23, 1288–1296 (1986).
  10. Müller, J. & Reisz, R. R. An early captorhinid reptile (Amniota, Eureptilia) from the Upper Carboniferous of Hamilton, Kansas. J. Vertebr. Paleontol. 25, 561–568 (2005).
  11. Reisz, R. R., Liu, J., Li, J.-L. & Müller, J. A new captorhinid reptile, Gansurhinus qingtoushanensis, gen. et sp. nov., from the Permian of China. Naturwissenschaften 98, 435–441 (2011).
  12. Ricqlès, A. de. & Taquet, P. La faune de vertebres de Permien Supérieur du Niger. I. Le captorhinomorphe Moradisaurus grandis(Reptilia, Cotylosauria)–le crane. Ann. Paléontol. 68, 33–63 (1982).
  13. Reisz, R. R., LeBlanc, A. R. H., Sidor, C. A., Scott, D. & May, W. A new captorhinid reptile from the Lower Permian of Oklahoma showing remarkable dental and mandibular convergence with microsaurian tetrapods. Sci. Nat102 (2015).
  14. LeBlanc, A. R., Brar, A. K., May, W. J. & Reisz, R. R. Multiple tooth-rowed captorhinids from the Early Permian fissure fills of the Bally Mountain Locality of Oklahoma. Vertebr. Anat. Morphol. Palaeontol1 (2015).
  15. Reisz, R. R. & Fröbisch, J. The Oldest Caseid Synapsid from the Late Pennsylvanian of Kansas, and the Evolution of Herbivory in Terrestrial Vertebrates. PLoS ONE 9, e94518 (2014).
  16. Modesto, S. P., Lamb, A. J. & Reisz, R. R. The captorhinid reptile Captorhinikos valensis from the lower Permian Vale Formation of Texas, and the evolution of herbivory in eureptiles. J. Vertebr. Paleontol. 34, 291–302 (2014).
  17. Gilbert, E. A. B., Payne, S. L. & Vickaryous, M. K. The Anatomy and Histology of Caudal Autotomy and Regeneration in Lizards. Physiol. Biochem. Zool. 86, 631–644 (2013).
  18. MacDougall, M. J., Tabor, N. J., Woodhead, J., Daoust, A. R. & Reisz, R. R. The unique preservational environment of the Early Permian (Cisuralian) fossiliferous cave deposits of the Richards Spur locality, Oklahoma. Palaeogeogr. Palaeoclimatol. Palaeoecol. 475, 1–11 (2017).
  19. Kissel, R. A., Dilkes, D. W. & Reisz, R. R. Captorhinus magnus, a new captorhinid (Amniota: Eureptilia) from the Lower Permian of Oklahoma, with new evidence on the homology of the astragalus. Can. J. Earth Sci. 39, 1363–1372 (2002).
  20. Pratt, C. W. M. The plane of fracture of the caudal vertebrae of certain lacertilians. J. Anat. 80, 184–188 (1946).
  21. Zani, P. A. Patterns of caudal-autotomy evolution in lizards. J. Zool. 240, 201–220 (1996).
  22. Cisneros, J. C. et al. New Permian fauna from tropical Gondwana. Nat. Commun. 6, 8676 (2015).

Cuando seas Oviraptor comerás huevos, ¿o no?

$
0
0

En esta nueva entrada, indagaremos en un aspecto de los Ovirraptorosaurios que captó mi atención la última vez. En el artículo anterior, hablaba sobre la dentadura de estos dinosaurios; sin embargo, la verdadera importancia de esta era qué función tenía realmente. Ya comentaba que el nombre de los Ovirraptorosaurios venía de su tendencia a raptar y alimentarse de los huevos de otros dinosaurio. No obstante, esta idea se ha ido descartando ante la posibilidad de que el hallazgo de un fósil junto a un nido de huevos, sugiriera que estos podrían ser los suyos propios. 

De tal forma, hoy hablaremos de la posible distribución de estos dinosaurios conforme a un último estudio.

En el artículo "Nest substrate reflects incubation style in extant archosaurs with implications for dinosaur nesting habits"(2018) escrito por Kohei Tanaka, Darla K. Zelenitsky, François Therrien y Yoshitsugu Kobayashi, donde se habla de que el sustrato para anidar que eligían los arcosaurios, reflejaba su estilo de incubación y este tuvo implicaciones para el hábito de anidación de los dinosaurios.




Para empezar, aclararemos quiénes eran los Arcosaurios. Este grupo apareció hace alrededor de 250 millones de años y tuvó un enorme éxito evolutivo, diversificándose sobretodo durante el Mesozoico. Los arcosaurios, o reptiles dominantes, incluyen los cocodrilos y las aves que existen en la actualidad, además de los dinosaurios, pterosaurios y los tecodontos.

Se dispersaron por casi todo el mundo, encontrándose fósiles en Rusia, Sudáfrica, Antártida, Australia, India, China y Sudamérica.


Introducción


Los dinosaurios prosperaron y se reprodujeron en varias regiones por todo el mundo, incluyendo el Ártico. Para entender su estilo de anidar en ambientes diversos o extremos, se han investigado las relaciones entre sus nidos, estos entornos de anidación y los métodos de incubación en arcosaurios existentes. 

Los análisis estadísticos revelan que las especies anidadoras seleccionaban específicamente sedimentos o sustratos como fuentes de calor para su incubación.

Las relaciones entre los huevos de dinosaurio y los sedimentos en los cuales estos se incubaban, revelan que hadrosaurios y algún saurópodo construyeron los nidos sobre montículos ricos en compuestos orgánicoss dependiendo del decaimiento microbiano para la incubación; mientras que otros saurópodos, anidaban en agujero llenos de arena que dependían del calor solar o potencialmente geotérmico para su incubación. 

La distribución paleogeográfica de estos dos tipos de nidos, revelan que estos métodos de anidación produjeron el calor de incubación suficiente para ser acertados hasta latitudes medias (≤47 °).

Sin embargo, sólo el tipo de nidos en montículos podría haber producido el calor de incubación suficiente para anidar encima del círculo polar (> 66 °). 

Por consiguiente, las diferencias de estos estilos de anidación pueden haber restringido la reproducción de dinosaurios y su dispersión en altas latitudes.


Resultados de la investigación.

Entre los cocrodilios y pájaros megápodos vivos, se probó si la temperatura de los nidos era considerablemente más alta que la temperatura ambiente en el sitio donde anidaban, para determinar si ciertos tipos de nidos cubiertos teóricamente, podrían haber sido usados por dinosaurios en climas de refrigeración o altas paleolatitudes. Los tipos de nidos fueron subdivididos en dos categorías basadas en la fuente de calor de incubación usado: aquellos que sacan el calor de incubación principalmente de la descomposición de materia orgánica, debido a la respiración microbiana, y los nidos que sacan el calor de incubación principalmente de la radiación solar.

Las muestras aparejadas revelaron que la temperatura de incubación que se obtenía, tanto de la respiración microbiana como de la radiación solar, era considerablemente diferente de la temperatura del aire ambiental. A excepción de un caso solo (el llamado "caimán del Misisipi"), la temperatura de los nidos cubiertos es siempre más alta que la temperatura del aire ambiental entre los arcosaurios vivos. Para los nidos que usan el calor de incubación sacado de la radiación solar, la diferencia entre la temperatura de los nidos y la del aire tenía un rango de 0.98 °C a 6.75 °C , mientras que la diferencia de temperaturas era bastante más alta y más variable para los nidos que obtienen el calor de incubación de la respiración microbiana.

Figure 1
Ambos tipos de sustratos juegan un papel significativo en la generación y/o la transferencia de calor a los huevos en los nidos cubiertos; de forma que se probó si existía una relación  entre el tipo de sustratos de los nidos (por ejemplo: arena, arcilla, plantas y/o suelo), la fuente de calor para la incubación  (calor de la respiración microbiana, actividad geotérmica o radiación solar) y la estructura del nido (en montones o en agujeros rellenos). En nidos donde el calor de actividades solares de radiación y geotérmicas (fuentes de calor inorgánicas) son usadas para la incubación, la arena es el sustrato más usado. Al contrario de los nidos donde predomina el uso el calor de la respiración microbiana (fuentes de calor orgánicas) para la incubación, los sustratos más comúnmente utilizados son plantas y/o suelos. Las nidos hechos de arcilla no fueron considerados en esta prueba.

 Figure 2
Las pruebas de desarrollo pedogénico son comunes en hadrosaurios y de saurópodos, que ponen huevos Megaloolithus (un oogénero de huevos de dinosaurio, que se caracterizan por poseer cáscaras gruesas y una forma casi esférica que presentaban los huevos), con una frecuencia del 61.5 % y el 62.1 %, respectivamente. Sin embargo, estos rasgos pedogénicos eran mucho menos comúnes en los sedimentos asociados con terópodos, ovirraptorosaurios, y troodóntidos, donde la frecuencia de dichos rasgos era del 25 % o menor.

Discusión de resultados

Aunque algunos dinosaurios, como los hadrosaurioss y saurópodos, han construido nidos cubiertos para incubar sus huevos, la naturaleza de estos y las fuentes de calor de incubación ha permanecido incierta. Los análisis revelan que estos nidos correspondían a ciertos sustratos y a fuentes de calor de incubación particulares. Los huevos de hadrosaurios y algún saurópodo, preferencialmente son asociados con sedimentos de rano fino que han sufrido procesos de pedogénesis, indicando que estos animales construían nidos en montículos o montones ricos en materiales orgánicos para incubar sus huevos vía respiración microbiana. Al contrario ocurre con los huevos de otros saurópodos, que preferencialmente los ponían en sedimentos de grano grueso incubados en agujeros excavados rellenos y con fuentes de calor inorgánicas, como la radiación solar o posiblemente calor geotérmico.


 Figure 3

Algunos terópodos manirraptores, como los oviraptores o los troodóntidos, construían nidos abiertos donde los huevos, al menos en parte, fueron expuestos durante la incubation. El estudio indica que estos dinosaurios no seleccionaron sustratos particulares para anidar; y se esperó este mismo resultado para animales, que de adultos, proporcionarían el calor de incubación y no elegían el sustrato especialmente, ya que no sería crucial para la generación o la absorción del calor como en los nidos cubiertos. Con el contacto de los huevos directamente con el cuerpo, los Ovirraptorosaurios probablemente fueron liberados de las restricciones impuestas por las fuentes de calor para la incubación.
Las diferentes estrategias para anidan explican el modelo en la distribución paleolatitudinal de los nidos.

  Figure 4

Entre los dinosaurios con nidos cubiertos, los saurópodos se distribuían hasta 47° desde el ecuador, mientras que restos de huevos de hadrosauirios tienen un rango latitudinal más amplio. La distribución paleogeográfica de dinosaurios  que anidan cubiertamente excede por mucho el rango de nidos cubiertos de los arcosaurios. Esta extensión de nidos cubiertos es relacionado con condiciones paleoclimáticas más calientes, como las Cretácico Tardío.

Las conclusiones también sugieren que sólo anidaron en montones aquellos dinosaurios que pudieron haberse reproducido en el Ártico. 

En el gráfico observamos que la distribución del Oviraptor se extendía por Norteamérica y Asia especialmente.

Por último, las anidaciones pueden haber jugado un papel subestimable en la distribución paleobiogeográfica de los dinosaurios. Aunque hayan sido usadas barreras geográficas, el clima, y filtros biológicos  para explicar por qué algún dinosaurio logró extenderse a varias regiones, los aspectos de su reproducción son raras veces considerados. De forma que en este estudio, el reconocimiento de que ciertos estilos  en la anidación requieren exigencias intrínsecas que restringen la distribución latitudinal, revela que la reproducción puede haber afectado a la dispersión de algunos dinosaurios a altas latitudes durante el Mesozoico.

Se sabe que varios de los dinosaurios citados habrían habitado en Alaska y Siberia, y que se dispersaron entre Norteamérica occidental y Asia mediante un puente de tierra de latitud alta durante el Cretácico Tardío. Su subsistencia en el Ártico pudo haber sido posible, en parte, porque estos dinosaurios anidaban en montones, mientras que otros no consiguieron dispersarse en altas latitudes porque su estilo de nidos requiría más radiación  solar. 

Aunque los factores que influyen en acontecimientos de dispersión sean complejos, la capacidad de tener en cuenta las estrategias de anidación en dinosaurios en un contexto paleogeográfico puede ayudar a evaluar argumentos posibles para explicar la distribución global de dinosaurios.


Refrencias 

  • Carpenter, K. & Alf, K. Global distribution of dinosaur eggs, nests, and babies. in Dinosaur Eggs and Babies (eds Carpenter, K., Hirsch, K. F. & Horner, J. R.) 15–30 (Cambridge University. Press, 1994). 
  •  Ferguson, M. W. J. Reproductive biology and embryology of the crocodilians. in Biology of the Reptilia (ed Gans, C.) 329–491 (John Wiley and Sons, 1985).
  • Reisz, R. R., Evans, D. C., Roberts, E. M., Sues, H.-D., & Yates, A. M. Oldest known dinosaurian nesting site and reproductive biology of the Early Jurassic sauropodomorph Massospondylus. Proc. Natl. Acad. Sci. USA109, 2428–2433 (2012).
  •  Khosla, A. & Sahni, A. Parataxonomic classification of Late Cretaceous dinosaur eggshells from India. J. Palaeontol. Soc. India40, 87–102 (1995).
  • Seymour, R. S. Dinosaur eggs: gas conductance through the shell, water loss during incubation and clutch size. Paleobiology5, 1–11 (1979).
  • Antunes, M. T., Taquet, P. V. & Ribeiro, V. Upper Jurassic dinosaur and crocodile eggs from Pai Mogo nesting site (Lourinha - Portugal). Mem. Acad. Cienc. Lisboa37, 83–99 (1998). 
  • Deeming, D. C. Ultrastructural and functional morphology of eggshells supports the idea that dinosaur eggs were incubated buried in a substrate. Palaeontology49, 171–185 (2006).
  • Jenkyns, H. C., Forster, A., Schouten, S. & Sinninghe Damsté, J. S. High temperatures in the Late Cretaceous Arctic Ocean. Nature432, 888–892 (2004).
  • Golovneva, L. The Maastrichtian (Late Cretaceous) climate in the Northern Hemisphere. Geol. Soc. Spec. Publ.181, 43–54 (2000).
  • Herman, A. B., Spicer, R. A. & Spicer, T. E. V. Environmental constraints on terrestrial vertebrate behaviour and reproduction in the high Arctic of the Late Cretaceous. Palaeogeogr. Palaeoclimatol. Palaeoecol.441, 317–338 (2016). 
  • Molnar, R. E. Principles of paleobiogeography in the Mesozoic. in The Complete Dinosaur (eds Brett-Surman, M. K., Holtz, T. R. & Farlow J. O.) 925–957 (Indiana University Press, 2012). 
  •  Fiorillo, A. R. The dinosaurs of arctic Alaska. Sci. Am.291, 84–91 (2004).
  • Seymour, R. S., Vleck, D., Vleck, C. M. & Booth, D. T. Water relations of buried eggs of mound building birds. J. Comp. Physiol. B157, 413–422 (1987).
  • Webb, G. J. W. & Cooper-Preston, H. Effects of incubation temperature on crocodiles and the evolution of reptilian oviparity. Am. Zool.29, 953–971 (1989).
  • Lyson, T. R. & Longrich, N. R. Spatial niche partitioning in dinosaurs from the latest Cretaceous (Maastrichtian) of North America. P. R. Soc. B278, 1158–1164 (2011). 
  • Grigorescu, D., Garcia, G., Csiki, Z., Codrea, V. & Bojar, A. V. Uppermost Cretaceous megaloolithid eggs from the Hateg Basin, Romania, associated with hadrosaur hatchlings: search for explanation. Palaeogeogr. Palaeoclimatol. Palaeoecol.293, 360–374 (2010).

Momias humanas: mejor que una fotografía de su tiempo.

$
0
0

Nieves López y Jaime Truyols en su obra Paleontología(López Martínez & Truyols Santonja (1994) Paleontología. Síntesis, Madrid) sostienen que“La Paleontología no sólo se ocupa del estudio de los organismos del pasado en sí mismos, sino también de los cambios que se han ido produciendo en el mundo biológico de manera global a través de los tiempos”.

Tomando esta definición como excusa, y la temática de las momias que dejamos en el ultimo postcomo hilo conductor, me propongo a tratar en esta ocasión un tema que los más ortodoxos considerarán, a priori , fuera del campo de la Paleontología: las momias humanas, y lo que nos han enseñado; aplicado obviamente al conocimiento de las formas de vida en el pasado, de la paleobiogeografía, la arqueobotánica, la paleoclimática o paleoambiente, la paleoparasitología o la arqueomedicina, entre otros muchos campos de la Biología
Es cierto que el estudio de las momias humanas se lo tenemos que dejar a los arqueólogos, pues de eso son expertos; pero el hecho de que los restos humanos estén momificados (natural o artificialmente) hace necesario en el estudio de cualquier hallazgo de este tipo la colaboración de médicos o químicos entre otros muchos expertos: en ese momento entran en juego los Paleontólogos.


Primera parada: El sur del Tirol: Ötzi.

Gorro. Ursus arctos
Y es que ¡de restos humanos momificados se puede sacar una cantidad de información E. Egarter Vigl et al. 2001); y que en el año 1991 fue encontrado tal cual murió, en un glaciar del sur del Tirol, en la frontera entre Austria e Italia. Todo tipo de estudios se han llevado a cabo en Ötzi, por ejemplo, se sabe gracias a sus ropas que en esa época los osos (Ursus arctos arctos) eran abundantes en los Alpes, pues lleva prendas de abrigo hechas de piel de oso, principalmente el gorro. También se ha podido comprobar que sus congéneres tenían rebaños de cabras domesticadas, y que usaban ese cuero para confeccionar el calzado, por ejemplo. Se ha analizado también su contenido intestinal (Oeggl K et al., 2006.) para hallar que sus dos últimas comidas fueron ciervo (Cervus elaphus) y rebeco o chamois(en francés, la subespecie de la zona) (Rupicapra r. rupicapra); aunque lo más interesante de lo encontrado en su estomago, y lo que más pistas ha dado acerca del cadáver ha sido el polen en su tracto digestivo y el resto de su cuerpo. Según el trabajo del paleo-botánico Klaus Oeggl se ha podido, a través de los pólenes hallados, establecer que la muerte se produjo en primavera -entre los meses de abril o mayo-, o que su última comida fue en un bosque de coníferas…¡ y hasta se especula que hacía viento durante esa comida!

Calzado de Ötzi, elaborado con fibras vegetales.
increíble! Por ejemplo: el caso del famoso Hombre de Ötzi; un adulto de la Edad de Cobre;( hace aproximadamente 5.300-5.600 años) que tuvo la brillante idea de tomar un atajo en su camino, de vuelta de comer… y murió a consecuencia de una supuesta emboscada (
Estas y otras muchas sorpresas son las que nos ha regalado el estudio de Ötzi, en concreto el aporte de expertos en todas la áreas de la Biología. Los mayores hitos acerca de la investigación en la momia de Ötzi las podéis encontrar en esta página del Museo Arqueológico del sur del Tirol, (y recomiendo aunque sea una visita rápida para ver la cantidad de información que se le ha podido sonsacar, gracias a la tecnología actual, a este magnífico descubrimiento.)


Del frío alpino a la brisa cálida del Nilo.

                Nuestros siguientes sujetos de estudio no necesitan introducción. El concepto de momia se asocia inconscientemente, quizá por la fascinación casi infantil que en muchos de nosotros provocan, a las formas de enterramiento típicas del antiguo Egipto, que son famosas por las románticas figuras de los varios Howard Carters: buscatesoros, arqueólogos, anticuarios, historiadores… egiptólogos en resumen; un campo efervescente en los últimos tres siglos, pero dejado un poco de lado a mediados del siglo pasado. Hasta que, como en casi todo campo del saber empírico, la revolución técnico-científica que vivimos actualmente abrió la puerta a respuestas que jamás los clásicos egiptólogos hubieran buscado.

El análisis genético y bioquímico de las momias y sus ajuares funerarios llevó al campo de la egiptología a bioquímicos, botánicos, entomólogos, e incluso a investigadores de la evolución y la filogenética. Y es que las momias egipcias tienen la particularidad de tratarse de momias artificiales: preparadas por el hombre, es decir, que contienen en ellas restos de las preparaciones utilizadas en el proceso de momificación: una puerta de acceso a la medicina y la farmacia de la época.
Erythroxylum coca, la planta de Coca.
En este contexto, la botánica Dominique Görlitz, en el año 2016 se atrevió a publicar un trabajo que destruyó las bases del paradigma histórico en el que siempre se han basado las historias paralelas del “Viejo” y “Nuevo” Mundo, antes del 1492. En “The Occurrence of Cocaine in Egyptian Mummies -New research provides strong evidence for a trans-Atlantic dispersal by humans”, Dominique afirma haber encontrado trazas de Nicotina y de Cocaína en un análisis bioquímico de varias momias encontradas en el Valle de los Reyes, en Egipto. La botánica señala que “one could still try to explain the presence of tobacco in ancient Egypt with local, previously unknown African species of tobacco, but with cocaine it is not possible”. Y es que, aunque existe alguna especie del género Erythroxylum en África, sólo cuatro especies de este género presentan los alcaloides que componen la cocaína (entre ellas Erythroxylum coca la más extendida), y sólo se encuentran, y se cultivan, en las primeras estibaciones de los Andes, donde todavía domina el paisaje de la selva tropical.
Si  lo que postula D. Görlitz es cierto, implica que hubo encuentros culturales, y seguramente hasta relaciones comerciales entre los pueblos originarios sudamericanos y la antigua civilización egipcia: globalización en el año 1000 a.C., aproximadamente.


Las primeras y las últimas momias: las más desconocidas.


                Un último ejemplo de implicación de paleontólogos en los estudios de momias nos lleva a las momias Incas. Estas últimas son muy desconocidas, aunque derivan de una larga tradición que tenían los pueblos precolombinos, habitantes de las zonas más áridas de Sudamérica, de enterramientos en estilo momia. De hecho, las momias humanas encontradas más antiguas del mundo; fruto de momificación artificial, son precisamente las halladas en el cerro de Arica, en el extremo norte de Chile, pleno desierto de Atacama: datan de hace 9000 años. (Guhl, F. et al., 2000)
Los incas, en su etapa de esplendor, dejaron, desperdigados por los Apu de la Cordillera de los Andes, las montañas más importantes del Tawantinsuyu–del imperio- , vestigios de la ceremonia del Capac Cocha, que consistía entre otras cosas de dejar a uno o varios jóvenes entumecidos de frío en una posición semienterrada en la cima de cualquiera de estas montañas como ofrenda a su dios Viracocha. Estos sacrificios humanos, por efecto del clima de alta montaña, y la sequedad del desierto, se momificaban naturalmente, por el mismo proceso que el hombre de Ötzi: por liofilización. Estas momias han sido las madres de mucha de la información que tenemos a día de hoy del estilo de vida del pueblo Inca, ya que no tenían ningún tipo de lenguaje escrito en el que pudieran plasmar su historia y vida.
El Niño del Plomo, en exposición en el Museo
de Historia Natural de Santiago de Chile.

A día de hoy, hay muchos estudios de Paleoparasitología, es decir, paleontología de los patógenos, que se han interesado en el estudio de estas momias, pues muchas de ellas son de la época de la conquista española del continente, y las momias son capaces de mostrar la velocidad de propagación de las plagas o enfermedades traídas por los conquistadores, entre otras muchas cosas.
Quiero destacar de este apartado dos tipos de sujetos investigación, pues son muy abundantes las momias de animales, especialmente de Cuys o Conejillos de indias (Cavia porcellus), codiciado alimento entre las comunidades andinas de tiempos inmemoriales, y que se sigue consumiendo en la actualidad. En estos restos animales se estudia la presencia de exo y endoparásitos, y su relación que pueden tener con los españoles, para poder establecer patrones de dispersión de los parásitos que puedan ser aplicables en la actualidad. (Dittmar, K., et al. 2003) (Ewing, H.E., 1924)
Quistes producidos por la Triquinosis en el músculo esquelético.
Tinción: Hematoxicilina-Eosina; así se diagnosticó inicialmente la
enfermedad al Nño del Plomo.
En cuanto a enfermedades humanas, el ejemplo más interesante o controversial (para seguir con la línea conspiratoriadel trabajo de Dominique Görlitz), es el de la Momia del Niño del Plomo, una momia del Capac Cocha encontrada en el Cerro del Plomo ( 5.200-5.400 m.s.n.m.), montaña visible desde la cuenca de Santiago, en la que se emplaza la capital de Chile. En la momia de este niño, de unos nueve años de edad, científicos de la Universidad de Chile diagnosticaron, en el año 2010, triquinosis (Rodríguez, Héctor, et al., 2011); una enfermedad  causada por la ingesta de carne con larvas de nematodos del género Trichinella sp.y que se sabe que era inexistente en América antes de la llegada de los europeos. El dilema se encuentra en que la muerte del Niño del Plomo está datada alrededor del año 1500, 37 años antes de que se cualquier europeo se acercara siquiera al actual territorio chileno. Sin el estudio de más muestras humanas y animales de esta época no se puede establecer si la enfermedad también existía en América, o si, como los animales domésticos actúan como vector de transmisión de esta enfermedad, no hizo falta que los conquistadores llegaran a entrar en contacto con los Incas para que estos ya empezaran a padecer la enfermedad: una dura premonición, (transmitida por nematodos) de lo que se les venía encima…

        Concluyo así, que el estudio de las momias humanas por parte de expertos paleontólogos no puede traer más que sorprendentes descubrimientos, y se trata de una mirada profesional que no se le ha dado a la mayoría de las momias en tiempos anteriores.



Bibliografía.

  • López Martínez & Truyols Santonja (1994) Paleontología. Síntesis, Madrid.
  • Murphy, William A., et al. “The Iceman: Discovery and Imaging.” Radiology, vol. 226, no. 3, 2003, pp. 614–629. 
  • Oeggl, Klaus, et al. “The Reconstruction of the Last Itinerary of ‘Ötzi’, the Neolithic Iceman, by Pollen Analyses from Sequentially Sampled Gut Extracts.” Quaternary Science Reviews, vol. 26, no. 7-8, 2007, pp. 853–861.
  • Görlitz, DominiqueThe Occurrence of Cocaine in Egyptian Mummies New Research ... Technische Univerität Dresden, Institut Für Kartographie, Germany. 2016.
  • Guhl, Felipe et al. Chagas disease and human migration. Mem. Inst. Oswaldo Cruz[online]. 2000, vol.95, n.4 [cited  2018-03-20], pp.553-555.
  • Dittmar, K, et al. “Techniques of DNA-Studies on Prehispanic Ectoparasites (Pulex Sp., Pulicidae, Siphonaptera) from Animal Mummies of the Chiribaya Culture, Southern Peru.” Memórias Do Instituto Oswaldo Cruz, vol. 98, no. suppl 1, 2003, pp. 53–58.
  • Ewing HE 1924. Lice from human mummies. Science 60: 389-390.
  • Rodríguez, Héctor, et al. “Análisis Paleoparasitológico De La Musculatura Esquelética De La Momia Del Cerro El Plomo, Chile: Trichinella Sp.” Chungará (Arica), vol. 43, no. especial, 2011, pp. 581–588.

Evolución por tierras lejanas II: el tigre de Tasmania

$
0
0

                  

                  Para continuar hablando de evolución por tierras lejanas, esta entrada la voy a dedicar a la extinción del tigre de Tasmania y a la relación de la especie con la evolución convergente. Esta vez me voy a basar en el estudio realizado por Charles Y. Feigin, Axel H. Newton, Liliya Doronina, Jürgen Schmitz, Christy A. Hipsley, Kieren J. Mitchell, Graham Gower, Bastien Llamas, Julien Soubrier, Thomas N. Heider, Brandon R. Menzies, Alan Cooper, Rachel J. O’Neill y Andrew J. Pask: "Genome of the Tasmanian tiger provides insights into the evolution and demography of an extinct marsupial carnivor" (El genoma del tigre de tasmania ofrece pistas sobre la evolución y demografía de un marsupial carnívoro extinto). 


                   El  tigre de Tasmania (Thylacinus cynocephalus) fue la única especie dentro de la familia de Thylacinidae que sobrevivió hasta la era moderna. Era un marsupial carnívoro de tamaño grande que históricamente se distribuyó a lo largo de Australia antes de extinguirse en la zona hace alrededor de 3000 años. Esta extinción se dio por la manipulación ejercida por el ser humano en la especie.
                   Hará unos 14000 años, la población de Tasmania se quedó aislada por un aumento en los niveles del mar, hasta los comienzos del siglo XX. Los colonizadores europeos vieron un gran efecto  negativo de la especie sobre la ganadería ovina de Tasmania, por lo que decidieron comenzar con la eliminación de estos animales. El gobierno ofertó una paga de 1 dólar australiano por cada tilacino muerto. En consecuencia, la especie decayó rápidamente en número, quedando oficialmente extinta en 1982. El último tigre de Tasmania sabido murió en el Zoo de Hobart (Tasmania, Australia) en 1936. 







                   No obstante, lo que se estudia en el trabajo mencionado previamente, es la evolución convergente que esta especie ha tenido con los cánidos placentarios (o euterios). La evolución convergente es aquella en que dos especies con una filogenia completamente independiente (esto es, tienen distintos ancestros y, por tanto, distinta genética) terminan desarrollando estructuras físicas y de comportamiento similares de una forma 'curiosamente casual'.
El estudio muestra cómo, sin tener un ancestro común, tanto los Tilacinos como los canidos euterios han terminado evolucionando de forma muy similar. Esto viene explicado en base a su similar alimentación carnívora en tiempos anteriores, que les ha llevado a un igual desarrollo del cráneo y, por tanto, de muchas de sus formas de actuar.

Este caso de evolución convergente es de los que más llaman la atención. La convergencia fenotípica es muy alta y, como el estudio ha demostrado, hay una parte genética que también converge, lo que se ha usado como explicación a la similitud de comportamientos.
 







                 Además, dado que la especie se extinguió, el foco de estudio se ha tornado hacia el llamado Demonio de Tasmania. En el trabajo en que se basa esta entrada, el demonio de Tasmania es comparado, en lo que a la evolución convergente respecta, con los euterios bóvidos; no obstante, la conclusión obtenida es de unos pocos genes convergentes (5 para ser exactos), y una clara no-convergencia evolutiva entre este demonio de Tasmania y los euterios bóvidos.
Os dejo una foto del demonio de Tasmania, y algun enlace sobre ésta curiosa especie que se ha convertido en el marsupial carnívoro más grande de Australia tras la extinción del Tilacino.





                     Para terminar, dejo también el enlace a un blog que trata el tema (basándose también en una de las investigaciones que he utilizado como ayuda):

https://kyletaitt.scienceblog.com/2013/02/07/the-curious-evolutionary-history-of-the-marsupial-wolf/


REFERENCIAS

  • Feigin, C. Y., Newton, A. H., Doronina, L., Schmitz, J., Hipsley, C. A., Mitchell, K. J., ... & Menzies, B. R. (2018). Genome of the Tasmanian tiger provides insights into the evolution and demography of an extinct marsupial carnivore. Nature ecology & evolution, 2(1), 182.
  • Paddle, R. (2002). The last Tasmanian tiger: the history and extinction of the thylacine. Cambridge University Press.

- Con respecto a la evolución convergente

                http://antroporama.net/evolucion-convergente/

- Sobre el zoo de Hobart:  
  

                https://naturalhistory.si.edu/onehundredyears/featured_objects/Thylacine.html

                https://www.historychannel.com.au/this-day-in-history/the-last-tasmanian-tiger-dies/



- Sobre los Euterios en general (enlace 1) y los bóvidos en particular (enlace 2):
               

                http://gavetasdemiescritorio.blogspot.com.es/2011/07/los-mamiferos-placentarios-euterios.html

                https://www.botanical-online.com/animales/bovidos.htm

- El Demonio de Tasmania (por qué ese nombre, historia e información básica):
                
                http://carnivoraforum.com/topic/9696319/1/
               
                https://www.australia.com/es-cl/facts/pictures/australias-animal-pictures/tasmanian-devil.html
 

El pequeño drácula que martirizaba a los dinosaurios con plumas

$
0
0
¡Hola a todos! Nos encontramos aquí otra vez, en la tercera y última entrega sobre los insectos y artrópodos. Como anteriormente hemos visto, dentro de la paleontología, estos pequeños seres son un quebradero de cabeza para todo paleontólogo por la compleja clasificación y su enorme biodiversidad tal y como pudimos ver en mi anterior publicación (Evolucion y clasificacion de coleópteros), en la que hablaba del gigante orden de los escarabajos y su clasificación, origen y evolución (ocupando nichos ecológicos importantes).


Antes de empezar, quiero aclarar un pequeño detalle sobre esta entrega, el articulo sobre el que hago la publicación fue publicado en diciembre de 2017 en la revista Nature, pero fue corregido en 2018 y por tanto, tras consultarlo con Manuel, me dio permiso a poder hacer la publicación sobre este artículo.

Las garrapatas 
Hoy vengo a hablaros de un artrópodo del cual hay muy pocos conocimientos sobre su origen y su evolución (la cual debe estar muy ligada a la de los vertebrados que parasita), así es, nuestro protagonista de hoy es la garrapata (Ixodida) ese extraño y molesto parásito que cogen toda clase de animales, aunque los que más veamos sean en nuestras mascotas (o incluso en algún que otro niño que se va de campamento).


Una garrapata macho
La garrapata es un arácnido(aunque no pueda parecerlo) y además, este artrópodo es un ectoparásito, es decir, parásitos que viven en la superficie del huésped (si quieres conocer más sobre los ectoparásitos) y se alimenta de la sangre de sus huéspedes. Así bien, conociendo un poco mejor a la garrapata vamos a entrar en materia.
Una garrapata hembra

El artículo del que hablo hoy es el siguiente: "Ticks parasitised feathered dinosaurs as revealed by Cretaceous amber assemblages" es de la revista Nature y es de un investigador español: Enrique Peñalver. Trata sobre el descubrimiento de una garrapata pegada a una pluma de dinosaurio dentro de un ámbar (procedente de Myanmar) del mesozoico (aproximadamente unos 100 m.a), este hallazgo fue bastante relevante ya que el registro fósil de garrapatas en el mesozoico es pobre. Este fósil revela la existencia de una relación de parasitismo entre garrapatas y dinosaurios con plumas que hasta ahora era desconocida. En el ámbar se han encontrado varios ejemplares asique vayamos por partes:

Cornupalpatum burmanicum
La primera garrapata de la que voy a hablar es esta, la Cornupalpatum burmanicum, se trata de una especie de garrapata dura de la que únicamente se habían descrito dos larvas,  este nuevo ejemplar se trata de una ninfa que ha sido clasificada por una serie de características morfológicas que, sin embargo, no se ajustan del todo al holotipo de esta especie debido posiblemente a variaciones ontogénicas (cambios que puede sufrir un individuo durante su desarrollo embrionario principalmente) además de esto, el fósil se encuentra en un estado de conservación malo, lo que dificulta su estudio.

En la imagen se observa la pluma del dinosaurio y entre sus barbas a la garrapata con una pata enganchada a la hoja.

Estudios sobre las garrapatas como vectores de transmisión de enfermedades han llevado a pensar que posiblemente esta especie de garrapata fuera un vector de transmisión de enfermedades para los dinosaurios con plumas, ya que se han hecho estudios microscópicos que apuntan a que esta era portadora de una bacteria conocida (rickettsial proteobacteria) la cual, es potencialmente patógena*1.

Deinocroton draculi

Algo realmente asombroso ha sido el descubrimiento de una nueva familia de garrapatas denominada Deinocrotonidae, además por si fuera poco, dentro del ámbar se encontraron dos ejemplares una hembra y un macho, uno de las cuales se encuentra lleno de su comida favorita (la sangre) y como consecuencia, su tamaño se ve aumentado unas ocho veces (así es, se había dado un buen atracón a costa del pobre huésped) lo que les llevó a los investigadores a pensar en su voraz apetito y les inspiró en su nombre: Deinocroton draculi.

A través de un escáner tridimensional se ha coseguido obtener un modelo en tres dimensiones de esta nueva especie lo que facilitó su descripción y estudio observando características únicas.

Puedes acceder al modelo en tres dimensiones haciendo click aquí 
 



Los dos ejemplares de Deinocroton draculi los "minidráculas" en el ámbar
Recreación a ordenador deDeinocroton draculi


Pegados a estos dos ejemplares además han aparecido unos segmentos con forma de punta de lanza que son exógenos, tras investigar, se supo que estos fragmentos eran pequeños "pelos" multisegmentados que son propios de larvas, estos pelos son comunes en insectos y tienen diferentes funciones, pueden ser tanto de sostén y movilidad como de defensa que es este caso, en este caso de las larvas de una especie de escarabajo (Dermestidae) caracterizado por vivir entre los excrementos de animales, estas larvas son usualmente encontradas en los nidos de aves donde se alimenta de detritus y restos orgánicos que caen al nido y esto explicaría su presencia junto a las garrapatas y a la pluma del dinosaurio *2.

Imagen detallada de estos pelos de los escarabajos

La presencia de la pluma unida a los restos de escarabajos es lo que llevó a pensar a los investigadores en que estas garrapatas eran parásitos de los temibles dinosaurios con plumas.

La morfología del ejemplar lleno de sangre muestra una similitud con la de las actuales garrapatas.
Aún quedan diversas cosa que no están claras como si estas garrapatas también vivían en el nido de sus huéspedes o en las cercanías(comportamiento que en la actualidad realizan algunas garrapatas *3) o iban únicamente para alimentarse, en que momento se extinguieron (se piensa que en el cretácico) de quien es la pluma y a quien estaban parasitando (esto no se puede conocer porque acceder al ADN que hay dentro del ámbar es imposible hasta el momento y la sangre que porta la garrapata que está llena está contaminada con la resina ya que el animal está dañado.


Y bueno amigos de los artrópodos, esto es todo por esta entrega en este blog y como siempre espero que os haya gustado y hayáis aprendido algo nuevo. ¡Os espero en mi siguiente publicación, un saludo!


Referencias
  1. Poinar, G. Jr. Rickettsial-like cells in the Cretaceous tick, Cornupalpatum burmanicum (Ixodida: Ixodidae). Cret. Res. 52, 623–627 (2015).
  2. Lawrence, J. F. & Ślipiński, S. A. in Morphology and Systematics (Elateroidea, Bostrichiformia, Cucujiformia partim) Vol. 2 (eds Leschen, R. A. B. & Beutel, R. G.) 198–206 (de Gruyter, Berlin, 2010). 
  3. Sonenshine, D. E. & Roe, M. Biology of Ticks (Oxford University Press, Oxford, 2014). 2nd . 

Un nuevo riachuelo de homínidos del Pleistoceno de la costa sur del Cabo, Sudáfrica

$
0
0
¡Bienvenidos a mi nueva entrada en el blog! 
En mis otras dos entradas hemos descubierto un poco más de el Homo erectus (Los dientes fósiles del hombre de Pekin y ¿Fue el 'Homo erectus' la primera especie capaz de navegar con éxito?), hoy nos vamos a adentrar en un nuevo descubrimiento geográfico en Sudáfrica, exactamente en la costa sur del Cabo. Vamos a tratar una noticia científica (Un nuevo riachuelo de homínidos del Pleistoceno de la costa sur del Cabo, Sudáfrica) de la revista Nature que ha sido publicada este año, el 15 de febrero de 2018.
Este descubrimiento se realizó en una cueva de unos diez metros de largo en Sudáfrica y, ¿por qué se realizó allí? Muy fácil, todo ello se debe a que además de los restos que encontraron en esa cueva, la costa sur del Cabo de Sudáfrica tiene uno de los registros arqueológicos más ricos de la Edad de Piedra del mundo, por eso es de gran importancia para los orígenes humanos modernos.


Entrada de la cueva que contiene pistas de homínidos, vistas desde la zona intermareal

Antes de este descubrimiento se han encontrado diversos homínidos como el Homo erectus, Homo antecessor, Homo heidelbergensis, Homo sapiens sapiens... Para quien le interese el tema de los distintos tipos de hominidos y algunas de sus características, dejo una página en la que hacen un pequeño resumen: https://sites.google.com/site/proyectoorigenvida/tipos-de-homnidos-2
Esta investigación se ha centrado principalmente en dos sitios de seguimiento diferentes de los homínidos (Nahoon y Langebaan) y los vertebrados cercanos.  El primer sitio fue descubierto en 1964 en Nahoon, 600 km al este del sitio que describimos. Se colapsó poco después de su descubrimiento. Las pistas fueron recuperadas y se encuentran en el Museo de East London. El segundo sitio, cerca de Langebaan, 400 km al oeste del sitio que describimos, fue descubierto en 1997. Las pistas se encuentran en el Museo de Iziko Sudáfrica, Ciudad del CaboEl sitio de Nahoon ha sido fechado a ~ 126 ka, y el sitio de Langebaan a ~ 117 ka19. Se pensó que representaban las primeras huellas conocidas hechas por nuestra propia subespecie, Homo sapiens sapiens. Sin embargo, esta suposición fue hecha antes de la descripción de una segunda especie de homínido del sur de África (Homo naledi) a partir de material esquelético de la cueva Rising Star (más de 750 km al norte de estos sitios, y una distancia lineal de más de 1000 km del sitio que describimos) y su posterior datación, que proporciona una edad mínima estimada de 236 ka.
Ahora que sabemos en que se centró la expedición conozcamos un poco el lugar. El lugar donde se haya la cueva es un lugar costero y con dunas fósiles. Estas dunas parecen estar asociadas con fases regresivas que siguieron los altos niveles del mar. La geología local se caracteriza por un acantilado costero empinado, formado por eolianita consolidada moderadamente acolchada. Estos depósitos de eolianita están anidados contra un embalse tallado en cuarcita paleozoica. Los lechos arbolados eólicos en el sitio varían en grosor, desde 20 cm en la sección superior del acantilado, hasta capas finamente laminadas cerca de la entrada de la cueva (2.5-5 cm) y hasta 10 cm cerca de la base de la sucesión.

Mapa de Sudáfrica y la costa sur del Cabo, que muestra los sitios discutidos

Para la investigación se necesitaron aproximadamente dos años: se creó un mapa de croquis de las superficies de rodamiento durante el transcurso de cinco visitas en 2016, junto con un sistema de numeración para las pistas que encontraban. Se obtuvieron fotografías, lecturas de sistema de posicionamiento global y rodamientos de brújula. Se registraron las mediciones de seguimiento y se realizó una prospección en cuevas. Las pistas en la capa más baja se midieron en 2017. 
Se ha realizado una incisión del saliente donde se encuentran los lechos finamente laminados y a lo largo del contacto que separa los sedimentos de diferentes espesores, compactación y orientación. Las láminas "negativas" / erosionadas alternan entre lechos de vegetación morfológica "positiva" / sobresaliente en la pared del acantilado donde ha tenido lugar la erosión preferencial de los bosques menos cementados.


Análisis de sedimentos

El sitio de la pista reportado aquí se encuentra a ~ 1 km del afloramiento en Castle Rock, y en la misma elevación. Los dos sitios exhiben una estratigrafía comparable. La incisión de la cueva costera donde se revelan las huellas en el techo se produjo donde la eólica prevé un cambio de carácter, pero esto está cerca del contacto geológico entre estas unidades MIS 5e propuestas (que son dominantes en la zona intermareal actual) y estratigráficamente unidades MIS 5c más altas (que conforman los acantilados costeros). Por lo tanto, proponemos una edad probable de ~ 90 ka (MIS 5c) para las pistas de hominina, dentro de una secuencia formada por dos eventos deposicionales (MIS 5e basal cubierto por MIS 5c).

Dos superficies principales de rodamiento son evidentes en un solo plano de estrado, que forma gran parte del techo de la cueva. La superficie sur ocurre hacia la boca de la cueva. La superficie norte ocurre dentro de la porción interna de la cueva. Ambas superficies muestran las pistas como moldes naturales. Las dos superficies presentan diferencias en la preservación de la huella y la morfología. Otras pistas aparecen en sección sagital y transversal en las paredes laterales. Se grabaron hasta treinta y cinco pistas completas o parciales. En el extremo sudeste de la cueva, a 31 cm por debajo de la capa principal, se observa una capa más homínima de soporte de la pista. Cinco pistas son evidentes en esta capa inferior como moldes naturales. Además de estos dos niveles de soporte de pista, que son el foco del presente estudio, al menos tres niveles adicionales de seguimiento de tetrápodos ocurren por encima y por debajo de los niveles que contienen las pistas de hominidos.

El piso de la cueva se encuentra cerca del nivel de marea alta en primavera, y su porción más profunda (norte) es relativamente limitada, con una distancia máxima entre el piso y el techo de 50 cm y distancias de 23 cm entre el piso y el techo junto a las paredes laterales.


Al ser una cueva relativamente grande se encontraron muchas pistas, de las cuales expondré las que me han parecido más interesantes, aunque recomiendo leerse el artículo para descubrir más pruebas y cómo las hallaron.
  • Muchas pistas exhiben impresiones profundas del talón. Un camino contiene huellas que son claramente más grandes que las otras (longitud máxima 27 cm con talón de arrastre o 23 cm sin rastra de talón, ancho máximo 10.5 cm, profundidad máxima 5.5 cm), mientras que el resto es más pequeño (a menudo ~ 17 cm de largo).
  • En la superficie sur de la capa principal que lleva la pista del homínido se ven dos pequeñas huellas de ungulados pares.
  • Se representan una variedad de tipos de pistas que no son homínidos, que incluyen huellas de elefantes, varios tamaños de ungulados pares, carnívoro grande, caballo gigante del Cabo, avestruz juvenil probable y huellas pequeñas e inidentificables. En otros lugares a lo largo de la playa y en los acantilados de arriba hay otros senderos de vertebrados fósiles, incluyendo un débil sendero de rinoceronte, sendas equinas más pequeñas y senderos de búfalos, así como numerosas huellas de invertebrados.

La exposición de más pistas en este sitio es deseable, con el objetivo de interpretar la evidencia conductual con mayor confianza y aclarar el tamaño del grupo de homininos y el comportamiento locomotor descendente. Un análisis de la marcha y la velocidad de los humanos habitualmente descalzos que se desplazan por las laderas de las dunas ayudaría a esta comprensión. Para alcanzar estos objetivos, no solo tenemos que exponer más pistas en el sitio descrito, sino también supervisar la exposición de más pistas y documentarlas rápidamente con métodos de alta calidad.

En conclusión:
  • El sendero hominino de la costa sur de Cape reportado aquí representa el archivo más grande y mejor conservado de huellas humanas del Pleistoceno Superior del sur de África hasta la fecha, y se suma al conocimiento obtenido de los sitios de Nahoon y Langebaan. Este sitio está ubicado en la planicie costera del sur dentro de un área de profunda importancia para el surgimiento de los humanos modernos. La asociación de las pistas de homínidos con las de otros tetrápodos nos ayuda a comprender la paleoecología de las dunas costeras del Pleistoceno.
  • La exposición de más pistas en este sitio es deseable, con el objetivo de interpretar la evidencia conductual con mayor confianza y aclarar el tamaño del grupo de homininos y el comportamiento locomotor descendente. Un análisis de la marcha y la velocidad de los humanos habitualmente descalzos que se desplazan por las laderas de las dunas ayudaría a esta comprensión. Para alcanzar estos objetivos, no solo tenemos que exponer más pistas en el sitio descrito, sino también supervisar la exposición de más pistas y documentarlas rápidamente con métodos de alta calidad.
  • La mejor estimación de edad actual de ~ 90 ka necesita ser refinada mediante estudios de datación desde arriba y debajo del horizonte de seguimiento de homínidos. Se necesita un estudio exhaustivo de todas las exposiciones africanas de eolianita para determinar mejor la importancia de los sitios de homínidos del sur de África dentro del registro global de homínidos. Idealmente, tal trabajo incluiría documentación exhaustiva de todas las pistas asociadas y su importancia paleobiológica.
Y eso es todo por hoy amigo, espero que os haya gustado. Hasta otra.

Evolución por tierras lejanas III: el tigre de Java

$
0
0

Volvemos con otra extinción en tierras lejanas: el tigre de Java. Lo que pretendo es mostrar los procesos de extinción que se dan en la era moderna, aunque sean recientes. Esta entrada la voy  a basar en el trabajo realizado por Andries Hoogerwerf y editado recientemente por K. Ullas Karanth: Tiger Tales”.  


El tigre de Java se conoce por este nombre por la isla de Java donde se ha encontrado siempre en mayor cantidad. No obstante, es difícil de diferenciar de los tigres de Bali y de Sumatra. Propongo un mapa de la zona asiática concreta para que veáis la cercanía de los tres lugares:








Los tigres ocuparon extensamente toda la zona de Eurasia debido a los cambios ambientales que se dieron tras la glaciación del Pleistoceno. Sin embargo, varias de las subespecies de estos tigres se han ido reduciendo en número hasta extinguirse. Dos de estos ejemplos son el tigre de Java y el de Bali.

Antes de que existiera la taxonomia molecular, las distintas subespecies dentro de una misma especie se diferenciaban en términos de color, tamaño, y zona geográfica. De esta forma, con respecto a los tigres de Eurasia, se llegaron a clasificar nueve subespecies de tigre.

Tres ejemplos son los ya mencionados tigres de Sumatra, de Java y de Bali (Panthera tigris sumatrae, Panthera tigris sondaica y Panthera tigris balica, respectivamente). Las diferencias son que el tigre de Bali es algo más pequeño que los otros dos en tamaño y algo más oscuro en el pelaje. Además, el tigre de Java es algo más oscuro que el de Sumatra (siendo siempre el de Bali el más oscuro de los tres). 

 TIGRE DE BALI




 TIGRE DE JAVA









Una vez sabido esto, voy a centrarme en el tigre de Java y su historia.
Llegó con la expansión a finales del Pleistoceno (que ya hemos comentado) a la isla de Java, donde permaneció abundantemente hasta el siglo XIX. A partir de entonces, empezó a ser visto como una amenaza ya que, conforme iba creciendo la población que habitaba la isla, iba creciendo la necesidad de cultivar y estos tigres no ayudaban en absoluto. Al igual que ocurrió con el tigre de tasmania en Australia (Evolución por tierras lejanas II), el gobierno empezó a ofrecer pagas monetarias por cada tigre cazado, las cuales eran cada vez mayores.  
A pesar de las restricciones religiosas en la zona sobre la caza de estos animales (era inmoral sin un motivo de peso como el ataque por parte del animal), el gobierno llegó incluso a plantear la implantación de un equipo gubernamental de caza de los tigres de Java.
A partir del siglo XX, cuando ya se habían prohibido las pagas a cambio de cazas, no se divisaban prácticamente individuos de esta especie. La única excepción, que hizo que volviese la caza masiva de los tigres, fue una plaga de los mismos en 1907 que hizo desalojar el pueblo de Kaledjetan Kampong. Desde entonces, se han visto individuos contados hasta su extinción.
La extinción del tigre de Java ha ido de la mano con la 'casi extinción' del Rinoceronte de Java. Este último fue visto también como una amenaza y ha ido progresivamente decayendo en número a causa de la acción humana. Quedan muy pocos individuos y forma parte de todas las listas de peligro de extinción. 






El tigre de Java fue extinto oficialmente en 1979, tras la supervivencia de varios ejemplares en zoos de Rotterdam, Berlín y varias ciudades de Indonesia antes de la segunda guerra mundial. 

Propongo varios enlaces a páginas con listas de animales extintos y/o en vías de extinción:







 REFERENCIAS
 
- Karanth, K. U. (2018). Tiger Tales.









100 AÑOS DE ESTUDIO, ¡Y LO QUE NOS QUEDA!

$
0
0


¡Saludos lectores!


En esta nueva entrega vengo a hablaros sobre la Paleoprimatología, la cual, está de celebración. Este año se cumple un siglo desde que, en 1918, Ales Hrdlička (Figura 1), miembro de la división de antropología física del Museo Nacional de los Estados Unidos y fundador de la Asociación Americana de antropología física, reconoció la Paleoprimatología como una rama distintiva de la antropología física, con la esperanza de que los fósiles de estos animales pudieran acercarnos al origen de la raza humana.


Figura 1-Ales Hrdlička 

Así que, sin más preámbulos, comenzamos nuestra historia:

A principio del siglo XX, los fósiles de primates eran escasos en número y muy defectuosos, pero la necesidad de documentar la ascendencia humana era imperante. Hasta la década de 1960, la mayor parte del trabajo de Paleontología de primates se centró en los seres humanos y sus antepasados, siendo destacable la labor de paleontólogos como William K. Gregory, George G. Simpson, Charles L. Gazin, James W. Gidley, los cuales se desmarcaron de esta tendencia y empezaron a realizar estudios comparativos sobre primates fósiles.

El trabajo de Elwin Simons en este campo fue fundamental para dar a conocer la importancia de entender la evolución humana en el marco de la evolución de primates y sus parientes en toda la era cenozoica. Como curiosidad, comentar que tuvo grandes discrepancias con los paleontólogos que él denominaba de “sillón” que principalmente estaban interesados en estudiar fósiles que ya habían sido descritos, de hecho, puso un enorme énfasis en reunir nuevos fósiles. Por eso se le considera el padre de la Paleoprimatología moderna.

El registro fósil de los primates a crecido enormemente en los últimos 100 años, pero las especies de primates siguen siendo relativamente raras. A partir de 2017, 336 géneros extintos de primates fueron reconocidos. Apenas 43 (es decir, el 13% de estos), habían sido descritos en 1918 (Figura 2). Si consideramos que hay 79 géneros de primates vivos y más de 504 especies, y sabiendo que el género promedio de primates persiste 3 millones de años, podrían haber existido un mínimo de 1300 géneros y más de 10000 especies durante los 65 millones de años de evolución de los primates.


Figura 2- Fecha de la descripción de los primates fósiles (incluyendo euprimates y  plesiadapiformes) desde la primera descripción de un fósil de primate (Adapis Cuvier 1821).


Debemos tener en cuenta que antes de 1918, el registro fósil dejaba lagunas en las zonas tropicales del planeta. Por ejemplo, se sabe que los primates deben haber residido en la isla de Madagascar desde el Eoceno, mientras que sólo se encontraron restos desde el Pleistoceno hasta la actualidad.
Otros aspectos a los que se enfrentaban en esa época era la clasificación de diferentes especies animales. Me llamó la atención que hubo un grupo monofilético (Archonta) en el que se incluían especies que en un principio parecen tan dispares como musarañas, primates o murciélagos, aunque a partir de la década de los sesenta, con las nuevas técnicas de estudios moleculares se han resuelto muchas de las preguntas sobre cuáles son los parientes más cercanos a los primates. En ese instante, musarañas y murciélagos fueron expulsados de este taxón.

Desde 1970 hemos visto en desuso el concepto “Prosimio”. En su lugar reconocemos dos grupos existentes: Haplorhini para tarseros y antropoides y Strepsirrhini para lémures y Lories (Figura 3).



Hasta los años setenta, los paleontólogos se dividían en su opinión sobre qué taxones de simios vivientes estaban estrechamente más relacionados con los humanos. Ahora está bien establecido a partir de los datos genéticos moleculares que el Homo está más estrechamente relacionado con los simios africanos, y en concreto a los chimpancés antes que a los orangutanes.


Figura 3- Diagrama de los taxones mencionados anteriormente

Con el surgimiento de la sistemática filogenética, se pudo reconstruir ramificaciones de los árboles evolutivos. Es importante tener en cuenta que las interpretaciones filogenéticas de los taxones extintos siempre deben ser vistas con cautela cuando se basan sólo en unos pocos caracteres. Por nombrar algún caso, esto ocurre cuando conocemos un sólo diente de un taxón fósil.


A principios del siglo XX, la visión predominante de los geólogos era que los continentes de nuestro planeta siempre habían ocupado las mismas posiciones que hoy en día. Debido al arraigo de esta creencia, la distribución biogeográfica de los primates y otros mamíferos se explicaba por los cambios en el nivel del mar, los cuales a su vez proporcionaron pasillos o barreras a la dispersión de mamíferos marinos terrestres entre los continentes y las islas, a excepción de Madagascar y las Antillas mayores, casos en los que se propuso el transporte de estas especies por medio de balsas naturales.

En la década de 1960, una combinación de evidencias estratigráficas y geofísicas finalmente convenció a la mayoría de los geólogos que los continentes se habían desviado durante muchos millones de años, por lo que al menos algunos aspectos de la biogeografía de los primates podrían explicarse mejor por la deriva continental y sus efectos climáticos que por los cambios en el nivel del mar. Un ejemplo del intercambio de fauna pudo ser entre Eurasia y África en el Paleógeno y otra vez después de aproximadamente 20 M.a. con el cierre del mar de Tethys del este entre Eurasia y África. (Figura 4)



Figura 4-Mapa de las posiciones de los continentes en el Eoceno temprano (50 mA), que demuestra las rutas de dispersión entre Asia, Europa y Norteamérica, vía el puente de Bering y Groenlandia.

Para concluir, me gustaría comentar brevemente que el estudio de los sistemas sensoriales del primate, su anatomía muscular, esqueletos y dientes han permitido conocer la dieta, locomoción y estructura social de los mismos, permitiéndonos reconstruir el estilo de vida de las especies extintas.

Espero que os haya parecido interesante mi publicación y por lo menos hayáis aprendido algo nuevo. ¡Nos vemos en la siguiente entrega!🔜

REFERENCIAS:

-Kay RF. 100 years of primate paleontology. Am J Phys Anthropol. 2018; 165:652–676.

-Mario Dos Reis, Gregg F Gunnell, Jose Barba-Montoya, Alex Wilkins, Ziheng Yang, Anne D Yoder; Using Phylogenomic Data to Explore the Effects of Relaxed Clocks and Calibration Strategies on Divergence Time Estimation: Primates as a Test Case, Systematic Biology. 2018.

El hermano mayor del Oviraptor.

$
0
0

Hoy volvemos con una nueva entrega sobre el Ovirraptorosaurio, y es que este dinosaurio no deja de darnos guerra. 
En esta nueva entrada hablaremos de un nuevo dinosaurio cenagnatídico hallado en Shandong, China. Específicamente en el llamado Grupo Wangshi, que es una formación geológica cuyos estratos se remontan al Cretácico Superior, y entre los fósiles que se han recuperado de la formación se encuentran restos de dinosaurios.
                         
                     Imagen relacionada


Una pregunta que os estaréis haciendo es qué tiene que ver este dinosaurio con nuestro ya famoso oviraptor. Bien, nos remontamos a un poco de historia para introducirlo. 

Los cenagnátidos(Caenagnathidae) son una familia extinta de dinosaurios terópodos ovirraptorosaurianos, que vivieron en el Cretácico superior, en lo que hoy es Asia y Norteamérica. Caenagnathidaees una familia de dinosaurios miembros de la Oviraptorosauria, y parientes cercanos de los Oviraptoridae. Como otros oviraptorosaurios, los cenagnátidos tenían picos especializados, cuellos largos, y colas cortas, y habrían estado cubiertos de plumas. La familia fue nombrada originalmente por Charles Hazelius Sternberg en 1940 como una familia de aves no voladoras, pero el descubrimiento de esqueletos de oviraptores relacionados, reveló que en realidad eran terópodos no aviares.

Imagen relacionada

En el artículo (escrito porYilun Yu, Kebai Wang, Shuqing Chen, Corwin Sullivan, Shuo Wang, Peiye Wang y Xing Xu)A new caenagnathid dinosaur from the Upper Cretaceous Wangshi Group of Shandong, China, with comments on size variation among oviraptorosaurs; como el título indica, este nuevo dinosaurio cenagnátidoofrece comentarios o información sobre la variación de tamaño entre los Ovirraptorosaurios.

Introducción a la investigación.

Durante la última década se han organizado varias excavaciones importantes en el Grupo Wangshi del Cretácico Superior en tres localidades de la provincia de Shandong, China. Aquí se describió un nuevo espécimen de terópodo de la localidad de Kugou. El espécimen comprende sólo una extremidad posterior izquierda parcial, pero sin embargo muestra una combinación única de características morfológicas que sugieren la presencia de un cenagnátido ovirraptorosaurio previamente desconocido en la fauna de dinosaurios Zhucheng. Este nuevo descubrimiento, junto con los restos fósiles previamente reportados, proporciona una fuerte evidencia que apoya una estrecha relación biogeográfica entre la fauna del dinosaurio Zhucheng y los contemporáneos norteamericanos.

 Figure 1

Los Ovirraptorosauriosson unos terópodos maniraptorianos caracterizados por un cráneo corto y alto, cuello largo y cola corta. Los Ovirraptorosaurios derivados se pueden dividir en dos grupos: los Caenagnathidaey los Oviraptoridae. Los taxones de cenagnátidos más conocidos, incluyendo Anzu wyliei, Caenagnathus collinsi, Chirostenotes pergracilis, Apatoraptor pennatus yMicrovenator celer,fueron recolectados en Norteamérica y otros en Asia, entre los cuales destaca el enigmático Gigantoraptor erlianensis.

Los lechos óseos del Grupo Wangshi del Cretácico Superior en Zhucheng, Shandong, China, reportaron un nuevo Ovirraptorosaurio, Anomalipes zhaoi. La posición sistemática de este espécimen fue evaluada por tres análisis numéricos cladísticos basados en conjuntos de datos filogenéticos de terópodos recientemente publicados, con la inclusión de varios caracteres nuevos. Anomalipes zhaoise diferencia de otros cenagnátidos conocidos en tener una combinación única de características: una cabeza femoral estrecha y con una orientación posterior significativa; una cresta lateral presente en la superficie lateral femoral; el metatarso III con una superficie articular proximal triangular; y el pedal II ungulado con un surco lateral más profundo. El holotipo de Anomalipes zhaoies más pequeño que el típico de Caenagnathidae, pero más grande que el del otro gran subclado ovirraptorosauriano, Oviraptoridae

Resultados.

Un cuello femoral distinto, definido dorsalmente por una concavidad de orientación anteroposterior, separa el trocánter mayor de la cabeza femoral; es una característica que se observa en los Ovirraptorosaurios. El trocánter mayor también se expande al punto de ser considerablemente más ancho que la cabeza del fémur. En terópodos basales, el trocánter mayor es anteroposteriormente más estrecho que la cabeza femoral.
En el contexto de Maniraptora, Anomalipes zhaoimuestra varios rasgos que sugieren afinidades pennaraptorianas. Por ejemplo, el trocánter femoral menor tiene forma de dedo y se adhiere al trocánter mayor. Esto contrasta fuertemente con la condición de la mayoría de los terópodos no peninsulares. 
 
 Figure 2         Figure 3


Entre los principales grupos pennaraptorianos, Anomalipes zhaoimuestra las semejanzas morfológicas más claras con la Ovirraptorosaurios. Por ejemplo, un trocánteraccesorio alargado está presente, como en muchos Ovirraptorosaurios basales y caenagnátidos.

El material limitado, y en particular la falta de material craneal, en el holotipo y en el único espécimen conocido de Anomalipes zhaoi dificulta la identificación de características cenagnátidas llamativas en esta especie. 
Sin embargo, algunos estudios recientes proporcionan nueva información significativa sobre la morfología de las extremidades posteriores de los cenagnátidos, que puede utilizarse para confirmar las afinidades de estos con Anomalipes zhaoi. En general, los cenagnátidos poseen un miembro posterior alargado con una tibia particularmente larga, y un pie con un metatarsiano proximal fuertemente pellizcado.

En Anomalipes zhaoi, los segmentos inferiores del miembro posterior parecen relativamente alargados, lo que se asemeja más a la condición de los cenagnátidos que a la de los oviraptores. Estecarece de un pie arctometatarsiano típico, pero su metatarsiano III tiene un extremo proximal fuertemente comprimido transversalmente, lo que sugiere que el pie era incipientemente arctometatarsiano. El pie compacto en Anomalipes zhaoi, que es típico de los caenagnátidos pero no de los ovirraptorosaurios, se indica aún más por la delgadez relativa del metatarso III, que muestra una relación entre la longitud y el ancho transversal del eje central. 
El miembro posterior de Anomalipes zhaoicarece de algunas características de fusión que normalmente se observan en los caenagnátidos. Lo más sorprendente es que Anomalipes zhaoiparece poseer crestas cruzadas en la superficie posterior del metatarso III, una característica que recientemente se ha identificado como exclusiva de algunos cenagnátidos. 
En general, la morfología de las extremidades posteriores de Anomalipes zhaoies consistente y sugestiva de una posición filogenética entre los caenagnátidos basales.


 Figure 4

El hecho de que el análisis filogenético de la matriz Lamanna y de las matrices Funston y Currie haya recuperado Anomalipes zhaoi yGigantoraptor erlianensiscomo clado endémico de Ovirraptorosaurios asiáticos merece una mención especial. 
A pesar de sus tamaños muy diferentes, Anomalipeszhaoi yGigantoraptor erlianensiscomparten muchas similitudes, incluyendo varias que son únicas entre los Ovirraptorosaurios. Estas características únicas compartidas incluyen: cabeza femoral con fuerte desviación posterior; cresta más gruesa y anteriormente más alta que posterior; trocánter posterior prominente; y metatarso III cerca del extremo proximal, con un surco longitudinal en la superficie articular distal.


Conclusiones.

La evolución del tamañoha sido explorada previamente en los dinosaurios en su conjunto, y en los subgrupos de dinosaurios. Algunos estudios han revelado que los Ovirraptorosaurios y muchos otros clados celurosaurios, han sido ancestralmente relativamente pequeños en tamaño corporal. Un estudio exploró más a fondo la evolución del tamaño en varios subgrupos de terópodos herbívoros, incluidos los Ovirraptorosaurios, y no encontró evidencia de evolución del tamaño direccional en estos grupos.
Aunque no se intentó evaluar cuantitativamente las tendencias en la evolución del tamaño corporal del Ovirraptorosaurio, la considerable disparidad de tamaño existente entre estos llevó a compilar un conjunto de datos que contiene estimaciones de la masa corporal para tantas especies de Ovirraptorosaurios como fuera posible, utilizando una relación basada en la longitud femoral. 

Aunque esta ecuación probablemente produce estimaciones que son menos precisas que las generadas por ecuaciones empíricas recientemente desarrolladas que se basan en otros parámetros, no obstante se consideró que la ecuación escogida era la apropiada para el estudio, dado que las mediciones de longitud están fácilmente disponibles y que el objetivo central es revelar las diferencias de tamaño entre los taxones de Ovirraptorosaurios en lugar de producir necesariamente estimaciones de tamaño absoluto de máxima precisión. 
Las estimaciones de masa corporal de este estudio para los Ovirraptorosaurios basales oscilan entre 5 y 18 kg, mientras que las de los cenagnátidos oscilan entre 3 y 3234 kg (la mayoría de las especies superan los 49 kg) y las de los oviraptores entre 11 y 85 kg (la mayoría de las especies superan los 30 kg). 


 Figure 5
 
Aunque estos valoresestán sujetos a incertidumbre, demuestran claramente que en general los Ovirraptorosaurios basales son relativamente pequeños y los derivados son relativamente grandes, con cenagnátidos típicos más grandes que los oviraptores típicos. Además, los datos indican una disparidad de tamaño mucho menor dentro de los Ovirraptorosaurios que dentro de la familia Caenagnathidae. Estas diferencias sugieren un rango más amplio de estrategias de crecimiento y nichos ecológicos en los caenagnátidos en comparación con los oviraptores, lo cual podría ser considerado en estudios futuros.

Referencias.

  • Scientific Reports, volume 8, Article number: 5030 (2018). "A new caenagnathid dinosaur from the Upper Cretaceous Wangshi Group of Shandong, China, with comments on size variation among oviraptorosaurs"http://www.nature.com/articles/s41598-018-23252-2

Y el culpable es...

$
0
0

En algunas excavaciones los restos fósiles pueden contener marcas que indican que el animal del que proceden no murió por causas naturales. En esta entrada descubriremos cómo a partir de esas marcar podemos identificar el o los depredadores de la víctima en cuestión.


Nos centraremos en un caso bastante reciente en el que las víctimas son Sphaerechinus granularis, un erizo de mar bastante común en el Mediterráneo. A la hora de identificar a la especie culpable, se ha de seguir un orden.

Sphaerechinus granularis camuflándose.

1.
Recogida de las pruebas: se recogieron muestras de equinoideos en las costas norte y occidental de la isla de Giglio, que se sitúa cerca de la costa occidental de Italia al norte del mar Tirreno (ver mapa debajo). En esta isla se pueden encontrar diversos hábitats.


Después se procedió al secado de las muestras y a su medición. También se tomaron fotos y se anotaron características tafonómicas como la presencia (o ausencia) de tejidos blandos, rotura de espinas u otro tipo de partes, abrasión, etc.

2. Clasificación de las pruebas: se recogieron 24 muestras, de las que 3 no mostraban ningún daño, 11 presentaban perforaciones características de gasterópodos cásidos y 10 tenían evidencias de depredación durófaga.

3. Análisis de las pruebas: las 10 que presentaban signos de depredación tenían diversos tipos de daño: orificios en el lado aboral (A), reducidos a la mitad del tamaño original (B) y restos pertenecientes a la zona alrededor de la membrana peristomial (C). Se deduce que el daño siempre se produce, por tanto, desde la parte contraria a la boca del equinodermo.



En el interior a veces se podían encontrar arañazos y marcas producidas por dientes (D, E), especialmente cerca de las heridas. Algunas muestras también presentaban algunas espinas arrancadas (F).



Las muestras más recientes estaban cubiertas de espinas y podían llegar a presentar restos de las partes blandas (órganos). Cuanto más tiempo hubieran estado en el fondo marino, mayor era el grado de incrustación de microorganismos (la muestra de la imagen B es más reciente que la de la imagen I).


4. Sospechosos: diversos organismos se alimentan de Sphaerechinus granularis. Los crustáceos usan sus pinzas para romper a su presa; los gasterópodos cásidos usan ácido sulfúrico para penetrar al interior; los asteroideos se comen a su presa y luego regurgitan los restos, o digieren las partes blandas con estómagos extensibles; algunos peces usan diversos métodos para romper a su presa; algunas especies de pájaros picotean dentro del organismo o sueltan al equinoideo sobre una superficie dura para romperlos, y las nutrias marinas usan piedras para romper al erizo de mar.

5. Identificación del culpable: el tipo de rotura hace pensar que el culpable pertenece a los peces óseos. Estos peces muerden primero las espinas y después ensanchan el agujero que se genera. Solo unos pocos peces son depredadores de Sphaerechinus granularis, ya sea porque ingieren individuos pequeños enteros o muerden y rompen al erizo.

De los organismos que se alimentan de este erizo de mar, solo los besugos alcanzan tamaños que les permiten romper de esa forma a Sphaerechinus granularis. Los más probables son Diplodus sargus y Diplodus vulgaris, ambos se pueden encontrar en las costas de Giglio. Las marcas de dientes encontradas en las muestras se ajustaban a las dentaduras de ambas especies.

En la imagen de la izquierda se puede observar a Diplodus sargus en el centro y Diplodus vulgaris alrededor.

Pero no siempre va a ser tan sencillo. Si vamos a realizar este mismo proceso pero con un fósil, nos encontraremos con algunos problemas extra. Para empezar, la preservación de marcas de depredación como las analizadas depende de varios factores, como la extensión y tipo de daño, el grado de incrustación de microorganismos (facilitan la conservación de las marcas) o la naturaleza del sustrato en el que se deposita el equinodermo. Hay un periodo crítico para la preservación de estas marcas: el proceso de incrustación y estabilización del resto se debe producir antes de que se degrade el tejido conectivo,si no se puede fragmentar y descomponer.

La potencial de preservación (es decir, la facilidad con la que se pueden conservar restos) depende de factores como la energía de las olas, la tasa de sedimentación y la ocurrencia de procesos atmosféricos puntuales (tormentas, por ejemplo). El caso en que se daría la mayor dificultad sería en aguas poco profundas que sufran mucha agitación y haya mucha abrasión.

En resumen, el estudio de la depredación nos puede permitir identificar organismos e incluso establecer relaciones entre ellos, lo cual es algo muy útil para establecer relaciones del pasado. Pero como hemos podido ver, es bastante complicado encontrar restos que tengan marcas, ya que no solo depende de que el resto las contenga sino también del ambiente donde se ha depositado el resto.



GLOSARIO:
.Cassidae: o cásidos, son moluscos gasterópodos con concha.
·Durofagia: comportamiento animal consistente en consumir organismos que tienen una concha dura o un exoesqueleto.
·Lado aboral: en asimetría radial, es el lado opuesto a la boca.
·Membrana peristomial: se encuentra en el lado oral y en su centro se encuentra la boca del equinidermo.
·Asteroideos: son una clase de organismos dentro de los equinodermos. Se conocen como estrellas de mar.
·Sparidae: familia de peces perciformes (con forma de perca), es decir, comprimidos lateralmente, aleta dorsal con espinas y aleta caudal escotada.

PARA SABER MÁS:
-https://es.wikipedia.org/wiki/Echinoidea
-https://www.ecured.cu/Asimetr%C3%ADa_radial
-https://practicasina2013.weebly.com/clase-echinoidea.html

REFERENCIAS:
-Diedrich Sievers & James H. Nebelsick. 2018. Fish predation on a Mediterranean echinoid: identification and preservation potential. Palaios, 33 (2): 47-54.

Article 2

$
0
0

¿AFECTA EL DIMORFISMO SEXUAL A LA EXTINCIÓN DE UNA ESPECIE?

El dimorfismo sexual o las variaciones en la fisonomía externa, como forma, coloración o tamaño, entre machos y hembras de una misma especie se presentan en la mayoría de las especies, en mayor o menor grado.
En la gran parte de las especies de insectosarañasanfibiosreptilesaves rapaces, etc. las hembras son más grandes que los machos, mientras que en los mamíferos el macho suele ser el de mayor tamaño, algunas veces de modo muy notable.
Por ejemplo, observamos el dimorfismo de color en los pájaros en los que las hembras presentan una coloración escasa para permanecer oculta en el nido, mientras que los machos tienen una coloración brillante la cual usa en exhibiciones de cortejo y comportamientos territoriales. Otro buen ejemplo de arma sexualmente dimórfica es la cornamenta de los ciervos la cuál usan para luchar, defenderse a sí mismos y sobre todo, a sus crías lo que exaltará la atención de la hembra a la hora de elegir un macho para reproducirse.
También se da el caso de que individuos del mismo sexo presenten distinto aspecto morfológico, lo que recibe el nombre de polimorfismo sexual. Destacan en este sentido los caracoles donde se puede observar el polimorfismo sexual en sus caparazones, es decir, en una especie dos miembros del mismo sexo pueden ser completamente distintos.
Ahora bien, resulta conveniente aclarar que no todas las especies de animales presentan dimorfismo sexual. Muchos reptiles con los órganos sexuales internos, no demuestran notorias diferencias externas entre los especímenes de diferente sexo.
Hoy en día, sabemos por un estudio publicado por MJF Martins (Investigador de la Smithsonian Institution, Washington) en la revistaNature que este dimorfismo sexual tiene importantes consecuencias dentro de una especie pudiendo llegar, en último término, a la extinción.
Este estudio afirma tras el análisis de las formas y tamaños de los exoesqueletos de 93 especies de ostrácodos, que en aquellas especies en las que los machos eran muy diferentes a las hembras tenían un peor pronóstico para la existencia continuada. Estos ostrácodos son una clase de crustáceos de muy reducido tamaño que habitaban en lo que ahora es el este del Misisipi, entre 84 y 66 millones de años atrás, durante el período Cretácico superior.Los ostrácodos macho cuentan con un exoesqueleto más alargado que las hembras, ya que sus órganos reproductores necesitan más espacio y, por ello, su concha debe ajustarse a un mayor tamaño.

Por lo tanto, estos autores llegan a la conclusión de que las especies con mayores diferencias sexuales eran las más probables de extinguirse incluso hasta 10 veces más que las especies con un dimorfismo sexual menos pronunciado puesto que los fósiles revelaban que cuando los machos son más grandes y alargados que las hembras, esas especies tienden a no durar tanto en vida.
Partiendo de esta base, se plantea si el dimorfismo sexual es realmente un significativo factor de riesgo que pueda poner en peligro el conservacionismo de la especie abriendo la puerta a la selección sexual o habilidades de supervivencia entre machos y hembras para sobrevivir en un entorno determinado. Esto, a su vez, genera presiones entre machos y hembras lo que tendrá el poder de ayudar o dificultar la persistencia de la población o especie entera.
Es decir, si los machos tienen un rendimiento óptimo el cual puede ayudar a las tareas realizadas por las hembras como por ejemplo a la hora de cuidar los huevos los machos son fuertes y garantizan la protección del nido, se conducirá a un genoma que se adapte mejor a lo largo del tiempo y se descartará a los machos de rendimiento subóptimo lo cual mejoraría la supervivencia de la especie. No obstante, existe la posibilidad de que el éxito masculino perjudique la supervivencia de las hembras. Por ejemplo, las lagartijas macho común compiten tan intensamente que muerden a las hembras durante el sexo, reduciendo su esperanza de vida y las posibilidades de que tenga más crías.
Dadas estas repercusiones, científicos estadounidenses de la mano de MJF Martins intentaron por todos los medios saldar estos problemas de extinción.
Así, plantean teóricamente una reproducción asexual que evite por todos los medios la lucha entre organismos de la misma especie aunque prácticamente reconocen la dificultad de ello. Sin embargo, se ha conocido este año que el pez molusco amazónico (Poecilia formosa) tiene un genoma de sorprendentemente buena calidad, incluso después de aproximadamente 500,000 generaciones de reproducción asexual. Además, introducen una técnica denominada “evolución experimental” basada en restringir el apareamiento a pares monógamos (relación de la pareja que mantiene un vínculo sexual exclusivo/ideal durante el período de reproducción y crianza) al mismo tiempo que permite que la competencia por parejas continúe en la misma especie.
Estos autores estadounidenses pretenden solucionar los problemas dentro de la misma especie por lo que tratan de introducir estos métodos así como la evolución experimental en las especies que se encuentran en la Lista Roja generada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza donde se encuentran las especies en peligro de extinción. Sin embargo, la evolución experimental se lleva a cabo en un laboratorio, mientras que las amenazas actuales a la persistencia de las especies en gran parte tienen causas humanas.


REFERENCIAS:




¿Humanos extinguiendo otras especies? Me cuadra.

$
0
0

El ser humano provocando la extinción de otras especies, esta historia ya nos suena conocida ¿verdad? ¿Y si te digo que esta práctica no es para nada nueva? Pues la verdad, tampoco nos sorprenderíamos.

Resulta que según esta investigación publicada en Science, han descubierto que hace 10.000 años los humanos perseguían y cazaban a una especie de perezosos gigantes que habitan por aquellos años y que casualmente se extinguieron justo cuando el Homo sapiens se estaba expandiendo por todo el planeta.
Con lo monos que son, ¿verdad?

Estas bestias (los perezosos digo) eran animales enormes de 3 metros de altura y unas cuantas toneladas de peso que no se caracterizaban por ser veloces precisamente, pero su gran tamaño y fuerza era un gran problema para todos aquellos bípedos que deseaban su carne. El primer ejemplar de esta especie descubierta fue hace relativamente poco, en 2010 (aunque no fue hasta 2017 que terminaron de sacar todos los huesos de este gigantesco animal), en Nuevo México (si quieres saber más te dejo aquí algo que te puede interesar).



¿Y cómo eran capaces los humanos de cazarlos? Pues, según la investigación llevada a cabo también en Nuevo México, concretamente en una gran playa de sal (lego seco) conocida como Alkali Flat. Durante la Edad de Hielo, esta zona estuvo ocupada por un lago, que a medida que la temperatura aumentaba, este iba desapareciendo. Los animales que por aquella época habitaban estas zonas dejaron, sin saberlo, sus huellas. Entre estos animales que caminaban por aquella zona se encuentran estos perezosos, humanos, pero también otros grandes animales como mamuts o camellos, y muchos de ellos se extinguieron al final de la Edad de Hielo, lo que no se tiene muy claro es si efectivamente como ahora, fue culpa del ser humano de antaño, o si se debió a otros motivos.

Estas huellas son notables y, a pesar de que están muy cerca de la superficie, se han conservado sorprendentemente bien, aunque solo se pueden ver cuando las condiciones climatológicas son favorables. Gracias a estas los investigadores han podido descifrar cómo es que los humanos cazaban a este tipo de animales con las herramientas tan rudimentarias que tenían ya que analizando estas huellas han encontrado un rastro muy particular:
Un grupo de huellas humanas han aparecido junto a huellas de los estos perezosos, además de encontrar círculos de huellas que, según los investigadores, indican que el perezoso se levantaba sobre sus patas traseras en forma de defensa contra estos cazadores, ya que estos círculos van siempre acompañados de huellas humanas. Además. analizando más ampliamente han llegado a la conclusión de que este enorme animal, normalmente se movía en línea recta, pero cuando sus huellas aparecían mezcladas con la de los humanos, estos mostraban cambios de dirección repentinos, como intentando despistar a sus acosadores.

Huellas encontradas en "el escenario del crímen"

Finalmente, juntando todas las piezas, se ve como estos animales presumiblemente eran distraídos por un cazador mientras que otro cazador le daba el golpe mortal en una parte vulnerable, como el corazón, la barriga, el cuello o los ojos.

No sabemos si realmente el ser humano fue el culpable de la extinción de estos y otros muchos animales de la Edad de Hielo o si fue el cambio climático (aunque a diferencia de ahora, no estaba provocada por el humano), pero lo que esta investigación deja claro, es que ya desde hace años, el ser humano se situaba por encima del resto de sus coetáneos.
Os dejo por aquí un vídeo sobre esta noticia (eso sí, solo para bilingües):
https://youtu.be/fkY5aWNomUs

Otras referencias:

http://www.lavanguardia.com/cultura/20180427/443057583542/humanos-pleistoceno-cazaban-grandes-bestias-megaterio-perezoso.html

https://www.efefuturo.com/noticia/caza-perezosos/

Y por si te interesa saber más sobre la masacre que llevamos cometiendo desde hace años, aquí te dejo una noticia interesante.

La evolución de ls mariposas y sus llamativos colores

$
0
0

Los lepidópteros comúnmente conocidos como mariposas exhiben en sus alas algunas de los colores 
Resultado de imagen de mariposaestructurales más diversas y llamativas producidos por los insectos, esto se debe a que poseen
 ultraestructuras muy complejas, que producen colores estructurales que son la base de diversas
 estrategias de comunicación. . Esta diversidad indudablemente ha contribuido al éxito evolutivo 
del orden, y a pesar del interés en la estructura, desarrollo y propiedades fotomiméticas y fotónicas
 de las escalas de lepidópteros en estudios neonatológicos (1-10),
 y en investigaciones recientes sobre colores estructurales en escarabajos fósiles (11,12) y plumas (13, 14),
 la historia evolutiva profunda de escalas y colores estructurales en lepidópteros es poco conocida.
En este articulo,”Fossil scales illuminate the early evolution of lepidopterans and structural colors”,
los autores presentan arquitecturas de escala de Lepidoptera jurásico del Reino Unido, Alemania,
 Kazajstán y China, y de Tarachoptera (un grupo madre de anfiesmenoptera) del ámbar birmano del 
medio del Cretácico y con ello consiguen demostrar que los primeros lepidópteros tenían en su
 cubierta escalas de estructuras fotónicas que probablemente producían colores metálicos de banda
Resultado de imagen de mariposa ancha a través de una combinación de mecanismos de difracción y de interferencia de película
 delgada, también demuestran que la vestidura a escala bicapa tipo 1: una capa superior de grandes 
escamas de cubierta fundida y una capa inferior de pequeñas escamas de tierra fusionadas, y las
 crucetas de espina de pescado (características del plano de Lepidoptera) encontradas en los
 lepidópteros existentes basales ya habían evolucionado a mediados del Jurásico.
Dada la presencia de coloración estructural en lepidópteros fósiles basales, el advenimiento de los
 principales clados de lepidópteros en el Cretácico [van Eldijk et al. (15)] plantea la posibilidad de que
  esta radiación taxonómica haya estado acompañada por una mayor diversidad en la forma de l
a escala, la microestructura y los efectos ópticos
 
referencias :
 Q. Zhang, W. Mey, J. Ansorge, T.A. Starkey, L.T. McDonald, N.E. McNamara, E.A. Jarzembowski,
W. Wichard,R.Kelly, X.Ren, J. Chen, H. Zhang & B. Wang. 2018. Fossil scales illuminate the early
 evolution of lepidopterans and structural colors. AAAS 
 
 

1. Vukusic P., Sambles J. R., Lawrence C. R., Wotton R. J., 
Quantified interference and diffraction in single Morpho butterfly scales. Proc. R. Soc. B
266,
1403–1411 (1999).
2. Stavenga D. G., Leertouwer H. L., Wilts B. D., Coloration principles of nymphaline butterflies—Thin films, melanin, ommochromes and wing scale stacking. J. Exp. Biol.217, 2171–2180 (2014). [PubMed]
3. Ghiradella H., Insect cuticular surface modifications: Scales and other structural formations. Adv. Insect Physiol.38, 135–180 (2010).
4. Ghiradella H., Structure of iridescent lepidopteran scales: Variations on several themes. Ann. Entomol. Soc. Am.77, 637–645 (1984).
5. Ghiradella H., Light and color on the wing: Structural colors in butterflies and moths. Appl. Optics30, 3492–3500 (1991). [PubMed]
6. Ingram A. L., Parker A. R., A review of the diversity and evolution of photonic structures in butterflies, incorporating the work of John Huxley (The Natural History Museum, London from 1961 to 1990). Philos. Trans. R. Soc. Lond. B Biol. Sci.363, 2465–2480 (2008). [PMC free article][PubMed]
7. Vukusic P., Sambles J. R., Lawrence C. R., Colour mixing in wing scales of a butterfly. Nature404, 457 (2000). [PubMed]
8. Vukusic P., Hooper I., Directionally controlled fluorescence emission in butterflies. Science310, 1151 (2005). [PubMed]
9. Zhang D., Zhang W., Gu J., Fan T., Liu Q., Su H., Zhu S., Inspiration from butterfly and moth wing scales: Characterization, modeling, and fabrication. Prog. Mater. Sci.68, 67–96 (2015).
10. Potyrailo R. A., Starkey T. A., Vukusic P., Ghiradella H., Vasudev M., Bunning T., Naik R. R., Tang Z., Larsen M., Deng T., Zhong S., Palacios M., Grande J. C., Zorn G., Goddard G., Zalubovsky S., Discovery of the surface polarity gradient on iridescent Morpho butterfly scales reveals a mechanism of their selective vapor response. Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A.110, 15567–15572 (2013). [PMC free article][PubMed]
 
11. McNamara M. E., Briggs D. E. G., Orr P. J., Noh H., Cao H., The original colours of fossil beetles. Proc. R. Soc. B279, 1114–1121 (2012). [PMC free article][PubMed]
12. Tanaka G., Taniguchi H., Maeda H., Nomura S.-i., Original structural color preserved in an ancient leaf beetle. Geology38, 127–130 (2010).
13. Li Q., Gao K.-Q., Vinther J., Shawkey M. D., Clarke J. A., D’Alba L., Meng Q., Briggs D. E. G., Prum R. O., Plumage color patterns of an extinct dinosaur. Science327, 1369–1372 (2010). [PubMed]
14. Clarke J. A., Ksepka D. T., Salas-Gismondi R., Altamirano A. J., Shawkey M. D., D’Alba L., Vinther J., DeVries T. J., Baby P., Fossil evidence for evolution of the shape and color of penguin feathers. Science330, 954–957 (2010). [PubMed]
15.van Eldijk T. J. B., Wappler T., Strother P. K., van der Weijst C. M. H., Rajaei H., Visscher H., van de Schootbrugge B., A Triassic-Jurassic window into the evolution of Lepidoptera. Sci. Adv.4, e1701568 (2018). [PMC free article][PubMed]

Pequeño pero matón

$
0
0
En las dos anteriores entradas hemos visto que, si eres un pequeño e indefenso lagarto, si quieres sobrevivir, debes diseñar algún método para salvarte de los grandes depredadores. Vimos dos: despistar con la cola al desprenderse de ella y la más clásica, echar a correr.

Bien, pues lo de hoy es algo diferente, quiero decir, hoy no hablamos de cobardes. El lagarto que os traigo hoy, Colobops noviportensis, a pesar de ser pequeño también, tenía una mordedura más potente que muchos de los reptiles triásicos, además de una protección en el rostro. Esta vez era de él del que tenían que huir los demás.

 

Artículo:Adam C. Pritchard, Jacques A. Gauthier, Michael Hanson, Gabriel S. Bever & Bhart-Anjan S.Bhullar (2018) A tiny Triassic saurian from Connecticut and theearly evolution of the diapsid feeding apparatus. Nature Communications 9, Article number: 1213

 

La Era Mesozoica Temprana vio el florecimiento inicial de los principales clados de tetrápodos que dominaron los ecosistemas terrestres a partir de entonces. Los primeros representantes de los grupos corona Amphibia, Lepidosauria y Archosauria aparecieron durante el Triásico, reconocido ahora como un momento clave en la aparición de los principales clados de vertebrados (Evans, 2003; Nesbitt, 2011). Sin embargo, en las revisiones de la historia de los vertebrados, existe una suposición de que estos clados surgieron de ancestros generalistas no especializados durante el Triásico (Carroll, 1988). Esto no significa que los taxones de los que surgieron esos grupos corona no se diversificasen de forma propia durante el Triásico. Desafortunadamente, gran parte de nuestra comprensión de este registro está sesgada hacia especies grandes y medianas, con una longitud corporal total mayor de un metro.

En los ecosistemas actuales, una importante disparidad morfológica y ecológica se encuentra en animales de cuerpo pequeño, mientras que los sesgos de conservación a menudo excluyen tales especies del registro fósil (Mitchell, 2015). Estos sesgos probablemente enmascaran una disparidad ecomorfológica mucho mayor de lo que se ha apreciado entre los miembros de los principales clados de tetrápodos de la transición Permo-Triásico.

Colobops noviportensis presenta un nuevo taxón que amplía la disparidad ecomorfológica de los vertebrados de cuerpo pequeño desde el Mesozoico Temprano. Encontrada en Connecticut (Estados Unidos) en la formación New Haven Arkose del Triásico Superior, la nueva forma está representada por un cráneo parcial muy pequeño, que presenta un conjunto de morfologías relacionadas con una mordida poderosa, desconocida en cualquier diápsidode cuerpo pequeño, juvenil o adulto.

Su presencia en los albores del Mesozoico enfatiza que los principales clados modernos de vertebrados se originaron en un mundo poblado por extremos ecomorfológicos de cuerpo pequeño y grande.


Los restos encontrados

El cráneo parcial de 2,5 cm de longitud tiene unas uniones hipertróficas para los músculos aductores de la mandíbula, que llenan el ancho transversal de la porción postorbital del cráneo. Además  posee un rostro fuertemente reforzado con una superposición extensa de huesos adyacentes. Las fosas supratemporales en esta especie son proporcionalmente más amplias que en cualquier otro reptil de tamaño similar del grupo corona.

El rostro es extremadamente corto proporcionalmente, que comprende menos de un cuarto de la longitud total del cráneo (Fig. 1a). Además, el cráneo estaba deprimido con relación a su longitud (Fig. 1c), con unas órbitas agrandadas, proporcionalmente largas y muy orientadas dorsolateralmente.

Hay una serie de rasgos que relacionan a esta especie con múltiples taxones de resptiles: 
  • Tiene una férula estrecha de hueso entre el margen lateral de la nariz izquierda y el margen medial del maxilar izquierdo, que podría ser el proceso posterodorsal del premaxilar (Fig. 1a, d), lo que apoya la identificación de Colobopscomo un arcosaurio.
  • La región antorbital está excepcionalmente reforzada. El nasal tiene una lámina ventrolateral, dorsoventralmente alta, que refuerza toda la superficie medial del proceso facial del maxilar (Fig. 1d). Esto se puede ver en Rhynchosauria y en Rhynchocephalia.
  • El palatino tiene un proceso prefrontal inusualmente amplio que sostiene el techo del cráneo contra las mandíbulas, similar en muchos lepidosaurios (Gauthier et al., 2012), tortugas (Gaffney, 1990; Gaffney et al., 1972) y Rhynchosauria (Chatterjee, 1974; Montefeltro et al., 2010).
  • La porción central del yugal es dos veces más ancha que la ascendente, similar a los escamados durófagos como Adamisaurus magnidentatus (Sulimski, 1978), Chamaeleolis chamaeleonides(Herrel & Holanova, 2008) y Dracaenaguianensis (Maisano, 2002).
  • Las grandes órbitas se dirigen algo dorsalmente, debido en parte al perfil relativamente bajo del cráneo, similar a las especies modernas de Sceloporus.
  • La fenestra supratemporal es proporcionalmente más amplia que las porciones orbital y preorbital del cráneo (Fig. 1a). Una condición similar surgió independientemente en Rhynchosauria (Benton, 1983; Ezcurra, 2016).


Fig. 1: Cráneo reconstruido de Colobops noviportensis. a-vista dorsal, b-ventral, c-lateral izquierda y d-anterior. Las porciones grises indican porciones del cráneo de homología incierta. Barra de escala igual a 1 cm. Abreviaturas: cp, apófisis coronoide; fo, fontanela; pf, foramen parietal; sc, cresta sagital.

La cámara aductora es notablemente voluminosa en Colobops noviportensis. De hecho, Colobops noviportensis es la especie más pequeña en poseer un espacio proporcionalmente amplio para la musculatura de cierre de la mandíbula, respecto a los taxones tempranos mesozoicos y recientes (ejemplos de la Fig. 2). Proporcionalmente, la cámara aductora ocupa un porcentaje parecido al del ancho del cráneo postorbital, como en los hyperodapedontine rhynchosaurs y en Trilophosaurusbuettneri.

Fig. 2: Anatomía supratemporal de diápsidos recientes y Permo-Triásicos. a. Reconstrucción tridimensional de Anolis sagrei, que ilustra la correlación directa entre la fosa supratemporal ósea y la amplitud transversal de la porción dorsal de la masa del músculo aductor en los diápsidos. b. Tropidostoma Zone Youngina, c. Prolacerta broomi, d. hyperodapedontine rhynchosaur juvenil y e. Hyperodapedon sanjuanensis.

El techo del cráneo tiene una brecha bilateral que podría ser una fontanela, e indicar que el espécimen es un individuo muy joven (Maisano, 2002;Rieppel, 1993), aunque las fontanelas se mantienen hasta la madurez en algunos iguanios (Gauthier et al., 2012;Bellairs & Kamal, 1981).

La única porción de la mandíbula conservada es una gran apófisis coronoide derecha. No está claro qué huesos mandibulares contribuyen a esta estructura. La prominencia de esta porción de la mandíbula es comparable a algunos lepidosaurios existentes y a algunos arcosaurios como Trilophosaurus buettneri (Gregory, 1945; Robinson, 1957).

Hiperdesarrollo aductor

Para caracterizar el tamaño relativo de la cámara del aductor en Colobops noviportensis, se reaciona el ancho de la exposición dorsal de las fijaciones del músculo aductor con el ancho postorbital total del cráneo, en especies de diápsidos existentes y extintos. En la gráfica, Colobops noviportensis representa el diápsido muestreado más pequeño, que posee un grado tal de hipertrofia del aductor (Fig. 3).

Fig. 3: Gráficos de las medidas del tamaño total del cráneo frente a las dimensiones de las fosas supratemporales. a. Gráfico bivariado de la anchura transversal frente al ancho transversal. b. Gráfico bivariado de la anchura transversal frente a la contribución proporcional de las fosas supratemporales a la amplitud postorbital del cráneo. c. Gráfico bivariado del área de superficie dorsal del cráneo frente a la contribución proporcional de las fosas supratemporales al área de la superficie dorsal del cráneo. En todas las gráficas, la estrella azul indica las medidas para Colobops noviportensis.

Dentro de las especies individuales, el tamaño total del cráneo parece correlacionarse fuertemente con la amplitud relativa de la cámara aductora. Entre los modernos Lepidosauria (Jones & Lappin, 2009; Bhullar, 2012) y Archosauria (Rieppel, 1993;Iordansky, 1974), las inserciones dorsales de la musculatura aductora en el techo del cráneo crecen alométricamente, volviéndose proporcionalmente más anchas y más prominentes en relación con la anchura del cráneo (ejemplo ilustrado en la Fig. 4). Sin embargo, todos los individuos muestreados con una cresta sagital, excluyendo a Colobops noviportensis, tienen anchuras post-orbitales de cráneo mayores de 3 cm.

Fig. 4: Diagrama del ancho relativo de las fosas supratemporales por el ancho total del cráneo en la Iguana moderna. Cráneos de Iguana iguana en vista dorsal, que representan una serie ontogenética que ilustra el ensanchamiento de los aditamentos de la musculatura aductora y un diagrama bivariado del ancho transversal de la porción postorbital del cráneo frente a la contribución proporcional de las fosas supratemporales al ancho transversal de la porción postorbital del cráneo, con datos de Iguana iguana. La estrella  indica la posición de Colobops noviportensis. Barras de escala iguales a 5 mm.

Por lo tanto, si el holotipo Colobops noviportensis representa un adulto, el tamaño proporcional de sus fosas supratemporales excede el de cualquier otro diápsido de tamaño comparable. Si representa un juvenil, el tamaño proporcional de la fosa se vuelve aún más notable, ya que los juveniles de tamaño similar de los saurios recientes tienen fosas mucho más pequeñas.

Análisis filogenético

Para investigar las afinidades de Colobops noviportensis, se integró el taxón en un análisis filogenético con una amplia muestra de diápsidos pérmicos y triásicos, llegando a la conclusión de que se necesitan más estudios de la filogenia sauriana temprana y más material de Colobops noviportensis para resolver el patrimonio filogenético de la especie.

Sobre la mordedura de Colobops noviportensis

Colobops noviportensis muestra un conjunto de apomorfias craneales que indican una estrategia de alimentación especializada. Aunque carece de dientes preservados, el techo craneal bien conservado permite hacer inferencias sobre la naturaleza de su mordida.
En los escamosos existentes, la musculatura aductora de la mandíbula se suele acentuar en una de dos formas (Edgeworth, 1935; Holliday & Witmer, 2007):
  1. Los parietales están recubiertos medialmente por concavidades profundas para los músculos pseudotemporal superficial y aductor de la mandíbula externa profunda.
  2. Los postorbitales y escamosos pueden expandirse transversalmente para acomodar el músculo aductor mandibular externo superficial.

En Colobops noviportensis, ambos rasgos están presentes, lo que indica que ambas porciones del complejo aductor se agrandaron.

No se conocen bien las diferentes funciones que desempeñan los aductores mandibulares superficiales y profundos en el procesamiento de alimentos en los saurios existentes. Sin embargo, se pueden hacer ciertas especulaciones: la alta apófisis coronoide habría aumentado el brazo de palanca de los músculos de la mandíbula unidos, lo que mejoraría aún más la fuerza del cierre de la mandíbula (Reilly et al., 2001). Por lo tanto, para un animal de su tamaño corporal, Colobops noviportensis probablemente tuvo una mordida más poderosa que cualquier otro reptil triásico.

Sobre el desarrollo ontogénico de Colobops noviportensis

Respecto a su fase de desarrollo, la presencia de una fontanela da una pausa para argumentar sobre su relativo estado ontogenético. Sin embargo, centrándose en la creta sagital, la presencia de tales cámaras aductoras agrandadas en un cráneo tan pequeño no tiene precedentes a pesar de todo.

Sobre el refuerzo del rostro de Colobops noviportensis

El espacio expandido para los músculos de la mandíbula ocurre concomitantemente con el refuerzo rostral, lo que sugiere una correlación funcional.

La gran superposición del nasal, maxilar y premaxilar difiere del contacto óseo comparativamente pequeño en la mayoría de los primeros saurios. De hecho, solo Rhynchocephalia y Rhynchosauria se acercan a esta condición. De manera similar, también se produce una superposición similar en los Amphisbaenia conocidos, excavadores de cabeza muy modificada. Ningún taxón conocido, extinto o existente, combina la expansión rostral y palatal y el refuerzo a la manera de Colobops noviportensis.

Sobre la alimentación de Colobops noviportensis

Las mejores ideas sobre la alimentación provienen de la forma general de la cámara aductora. El proceso post-temporal del parietal está orientado lateralmente, como en Sphenodontia (Gauthier et al., 2012; Fraser, 1988) y Rhynchosauridae (Montefeltro et al., 2010; Benton, 1983). Estos dos taxones comparten mordeduras de precisión, en las cuales la fila de dientes dentados se ajusta dentro de una ranura entre múltiples filas superiores de dientes. Sin embargo, el uso real de esta fila de dientes ranurados altamente especializados probablemente difirió mucho entre estos taxones, lo que indica que el aparato dental de Colobops noviportensis es similarmente complejo a los anteriores, pero no se sabe sobre la naturaleza precisa de su mordedura.

Los músculos hipertrofiados de la mandíbula y el rostro reforzado en el pequeño tamaño de Colobops noviportensis ilustran que los extremos de la diversidad de alimentación no involucraban únicamente animales de gran tamaño. Ningún otro taxón mesozoico conocido de tamaño corporal similar poseía la combinación de un potente aparato para morder y un rostro óseo reforzado.

REFERENCIAS
  1. Evans, S. E. At the feet of the dinosaurs: the early history and radiation of lizards. Biol. Rev. 78, 513–551 (2003).
  2. Nesbitt, S. J. The early evolution of archosaurs: relationships and the origin of major clades. Bull. Am. Mus. Nat. Hist. 352, 1–292 (2011).
  3. Carroll, R. L. Vertebrate Paleontology and Evolution (Freeman, New York, 1988).
  4. Mitchell, J. S. Preservation is predictable: quantifying the effect of taphonomic biases on ecological disparity in birds. Paleobiology41, 353–367 (2015).
  5. Gauthier, J. A., Kearney, M., Maisano, J. A., Rieppel, O. & Behlke, A. D. Assembling the squamate tree of life: perspectives from the phenotype and the fossil record. Bull. Peabody Mus. Nat. Hist. 53, 3–308 (2012).
  6. Gaffney, E. S. The comparative osteology of the Triassic turtle. Proganochelys. Bull. Am. Mus. Nat. Hist. 194, 1–263 (1990).
  7. Gaffney, E. S., Parsons, T. S. & Williams, E. E. An illustrated glossary of turtle skull nomenclature. Am. Mus. Novit. 2486, 1–33 (1972).
  8. Chatterjee, S. A rhynchosaur from the Upper Triassic Maleri formation of India. Philos. Trans. R. Soc. Lond. B Biol. Sci. 267, 209–261 (1974).
  9. Montefeltro, F. C., Langer, M. C. & Schultz, C. L. Cranial anatomy of a new genus of hyperodapedontine rhynchosaur (Diapsida, Archosauromorpha) from the Upper Triassic of Southern Brazil. Earth Environ. Sci. Trans. R. Soc. Edinb. 101, 27–52 (2010).
  10. Sulimski, A. New data on the genus Adamisaurus Sulimski 1972 (Sauria) from the Upper Cretaceous of Mongolia. Palaeontol. Pol.38, 43–56 (1978).
  11. Herrel, A. & Holanova, V. Cranial morphology and bite force in Chamaeleolis lizards–adaptations to molluscivory? Zoology 111, 467–475 (2008).
  12. Maisano, J. A. Postnatal skeletal ontogeny in Callisaurus draconoides and Uta stansburiana (Iguania: Phrynosomatidae). J. Morphol. 251, 114–139 (2002).
  13. Benton, M. J. The Triassic reptile Hyperodapedon from Elgin: functional morphology and relationships. Philos. Trans. R. Soc. B Biol. Sci. 302, 605–718 (1983).
  14. Ezcurra, M. D., Montefeltro, F. & Butler, R. J. The early evolution of rhynchosaurs. Front. Ecol. Evol. 3, 142 (2016).
  15. Rieppel, O. Studies on skeleton formation in reptiles. v. Patterns of ossification in the skeleton of Alligator mississippiensisDAUDIN (Reptilia, Crocodylia). Zool. J. Linn. Soc. 109, 301–325 (1993).
  16. Bellairs, A. d’A. & Kamal, A. M. in Biology of the Reptilia.Vol. 11. Morphology F (eds. Gans, C. & Parsons, T. S.) Ch. 1 (Academic Press, New York, 1981).
  17. Gregory, J. T. Osteology and relationships of Trilophosaurus. Univ. Tex. Publ. 4401, 273–359 (1945).
  18. Robinson, P. L. An unusual sauropsid dentition. Zool. J. Linn. Soc.43, 283–293 (1957).
  19. Jones, M. E. & Lappin, A. K. Bite-force performance of the last rhynchocephalian (Lepidosauria: Sphenodon). J. R. Soc. N. Z. 39, 71–83 (2009).
  20. Bhullar, B.-A. S. A phylogenetic approach to ontogeny and heterochrony in the fossil record: cranial evolution and development in anguimorphan lizards (Reptilia: Squamata). J. Exp. Zool. B Mol. Dev. Evol. 318, 521–530 (2012).
  21. Iordansky, N. N. in Biology of the Reptilia.Vol. 4. Morphology D (eds. Gans, C. & Parsons, T. S.) Ch. 3 (Academic Press, New York, 1974).
  22. Edgeworth, F. H. The Cranial Muscles of Vertebrates, 493 pp. (Cambridge University Press, London, 1935).
  23. Holliday, C. M. & Witmer, L. M. Archosaur adductor chamber evolution: integration of musculoskeletal and topological criteria in jaw muscle homology. J. Morphol. 268, 457–484 (2007).
  24. Reilly, S. M., McBrayer, L. D. & White, T. D. Prey processing in amniotes: biomechanical and behavioral patterns of food reduction. Comp. Biochem. Physiol. A Mol. Integr. Physiol. 128, 397–415 (2001).
  25. Fraser, N. C. The osteology and relationships of Clevosaurus(Reptilia: Sphenodontida). Philos. Trans. R. Soc. Lond. B Biol. Sci.321, 125–178 (1988).

PTEROSAURIOS POR EL MUNDO

$
0
0
 Artículo principal: Lü, J., Meng, Q., Wang, B., Liu, D., Shen, C., & Zhang, Y. (2018). Short note on a new anurognathid pterosaur with evidence of perching behaviour from Jianchang of Liaoning Province, China. Geological Society, London, Special Publications, 455(1), 95-104.









¡Buenas tardes lectores!, se van pasando los meses y toca ir despidiéndose de estas entradas (oooh😟) con las que hemos ido ampliando nuestro conocimiento sobre ciertos temas.

Yo no me podía ir sin hablaros de dos pterosaurios sobre los que se ha hablado recientemente, uno de China y otro de Inglaterra; y sin dejaros algunos datos sobre un pterosaurio descubierto en América, perteneciente a la familia de los Azhdarchidae, que tan importantes y conocidos son.


Bien, hecha la introducción vamos a empezar hablando de un pterosaurio perteneciente a la familia de los Anurognathidae,Versperopterylus lamadongensis. Para poneros en contexto, os voy a hablar un poco sobre el significado del nombre: 'versper-' es una palabra latina que significa 'Crepúsculo', ya que estos se alimentaban durante esta etapa del día, y el nombre específico se refiere a la localidad fósil, que es Lamadong del Condado de Jianchang, provincia de Liaoning (China).



Este ha sido un descubrimiento importante ya que ha sido el primer pterosaurio de la familia de los Anurognathidae encontrado en China, además se caracteriza por tener una cola corta y lo más llamativo: porque el primer dedo del pue indica que habitó en lugares arbóreos. Esto pudo ser una adaptación para el agarre a la hora de escalar y aferrarse a las ramas.
fotografía donde se puede ver el primer dedo del pie invertido

cola del Versperopterylus




















En cuanto al fósil encontrado, estaba prácticamente completo. Su envergadura es de más o menos 1m. y se cree que se trataba de un subadulto. Su cráneo es pequeño y es algo más ancho que largo. 
fósil de Versperopterylus



Actualmente, en Liaoning y alrededores se han encontrado tres géneros de los cinco conocidos dentro de los Anurognathidae: Jeholopterus, sin cola; Versperopterylus, de cola corta (y nuestro ejemplar a analizar) y Dendrorhynchoides, con cola larga.
Mapa de los lugares donde se localizan los pterosaurios de la familia Anurognathidae: 1.Dendrorhynchoides; 2.Jeholopterus; 3. Dendrorhynchoides mutoudengensis; 4.Versperopterylus



Sobre la dentición, si es comparada con Dendrorhynchoides mutoudengensis, tiene los dientes de la mandíbula superior robustos y con puntas romas, a diferencia del otro cuyas puntas de los dientes son más curvadas.
dentición de Versperopterylus




Siguiendo las comparaciones con Dendrorhynchoides mutoudengensis, nuestro espécimen, Versperopterylus lamadongensis, tiene las falanges y la longitud del ala más pequeña, lo mismo pasa con la longitud de la cola.



Para conocer más a este espécimen, también se le comparó con el género Anurognathus (otro que estaría dentro de la familia de los Anurognathidae). En este caso vemos que la relación de la longitud del metacarpo del ala a los metatarsos es mayor que en los Anurognathus.

Por último, decir que podemos estar ante la especie más joven de pterosaurios.


A continuación, y de una forma más breve, paso a hablar de otro descubirmiento, esta vez en Inglaterra, en la playa de Bexhill. Este fósil apareció incompleto y fragmentado.




Le podemos encontrar en el museo de Bexhill y es el tercer pterosaurio de la formación superior de Tunbridge Well Sand.
mapa donde localizar Bexhill y el lugar del yacimiento.


Se supo que era claramente un pterosaurio por las paredes delgadas de los huesos y por la forma del húmero y las falanges.
Además, por la dentición se supo que pertenecía a la familia de los Lonchodectidae
dentición del nuevo espécimen


Solo por ampliar conocimientos, os cuento que de la misma formación conocemos a Lonchodectes sagittirostris, del que se diferencia en la mandíbula.



Para finalizar la entrada, debemos hablar de la familia Azhdarchidae, una de las más conocidas por ser la más amplia y cuyos miembros fueron de los últimos en desaparecer.

En este caso vamos a hablar de un pterosaurio Azhdarchid de Utah, durante el Turoniense (etapa del Cretácico superior).

Es destacable esta localización porque hay poca representación del Cretácico en América del norte, y esto puede deberse a una combinación de diversos factores (entre ellos, uno que ya conocíamos: lo frágiles que son sus huesos).


Este ejemplar es un adulto maduro con una envergadura de unos 4'7m. y representa al primer pterosaurio que se describe en la fauna Smoky Hollow, ya que anteriormente solo se tenía constancia de mamíferos y lagartos sobre todo.

Este pterosaurio era grande sí, sin embargo, no tenían adaptaciones para la natación y el buceo, y era este gran tamaño el que dificultaba su estilo de vida.

Además, al haber sido recuperado en sedimentos terrestres y por las adaptaciones de las que carece, se apoya la hipótesis de que Azhdarchids puede haber preferido este hábitat en lugar del marino.



Quiero agradecer también la ayuda del investigador Joseph Frederickson por facilitarme uno de los artículos que referenciaré a continuación y que trata de la familia Azhdarchidae.


Hasta aquí la entrada de hoy donde hemos podido conocer algo más sobre los pterosaurios concretos, espero que os haya gustado y hayáis aumentado un poco más vuestra sabiduría.

Nos vemos dentro de poco con la próxima entrada! 




REFERENCIAS


- Cohen, J. E., Hunt, T. C., Frederickson, J. A., Berry, J. L., & Cifelli, R. L. (2018). Azhdarchid pterosaur from the Upper Cretaceous (Turonian) of Utah, USA. Cretaceous Research, 86, 60-65.

 

- Lü, J., Meng, Q., Wang, B., Liu, D., Shen, C., & Zhang, Y. (2018). Short note on a new anurognathid pterosaur with evidence of perching behaviour from Jianchang of Liaoning Province, China. Geological Society, London, Special Publications, 455(1), 95-104.



- Rigal, S., Martill, D. M., & Sweetman, S. C. (2018). A new pterosaur specimen from the Upper Tunbridge Wells Sand Formation (Cretaceous, Valanginian) of southern England and a review of Lonchodectes sagittirostris (Owen 1874). Geological Society, London, Special Publications, 455(1), 221-232.

Lo que nos cuentan los Konservat-Lagerstätten..., bueno, y lo que son, también.

$
0
0

Saltando de tema en tema dentro del campo de la paleontología ( por no variar ), y con la intención de seguir escribiendo acerca de los restos gracias a los que más sabemos sobre la vida en el pasado de nuestro planeta, me propongo a escribir acerca de quizás los más obvios; los que tenía que haber explicado primero. Y es que la gran mayoría de lo que sabemos de Paleontología lo conocemos gracias a un tipo de fósiles muy particulares: los de conservación excepcional.

Los fósiles de conservación excepcional son casos muy particulares; lo que en realidad es excepcional es el yacimiento en sí, no tanto los fósiles; pues en estos yacimientos se han dado las condiciones de enterramiento y descomposición más variadas y excepcionales que permiten la conservación de nidos de dinosaurio con huevos conteniendo también los embriones fosilizados, o la de un fondo marino que pueda representar un hábitat completo en un momento geológico concreto, o enterramiento de peces en sustancias concretas que permiten la preservación de la estructura muscular fosilizada, o fosilización de plumas de dinosaurios… y la lista sigue.

Pongámonos técnicos:

Estos yacimientos se denominan en el lenguaje técnico Lagerstätten, palabra alemana que -obviamente - quiere decir“lugar de conservación”, yacimiento. Y su excepcionalidad puede ser clasificada en dos tipos de Lagerstätten: Konzentrat-Lagerstätten, que pueden tratarse de estratos de huesos u otros restos, desmembrados o no,  sin casi depósito de sedimento; o fósiles completos de un amplio abanico cronológico concentrados en una capa o veta pequeña. Y los Konservat-Lagerstätten, que no despuntan en concentración como los de la división anterior, sino en la calidad de conservación de los restos; son por lo tanto los yacimientos paleontológicos más apreciados, buscados y espectaculares.


Exceptionally preserved fossils: A) Sinosauropteryx prima (NIGP 127586), a feathered dinosaur from the Cretaceous Jehol Biota preserving melanized tissues (feathers, eyes, and abdominal organs). B) Aquilonifer spinosus (OUMNH C.29695), a Silurian arthropod preserved in three dimensions in volcanic ashhosted carbonate concretions from Herefordshire. Image at left shows a surface captured during serial grinding, image at right shows a three dimensional reconstruction from serial photographs. C) Belemnotheutis antiquus (NHMUK 25966), a Jurassic stem group decabrachian (belemnoid) from Christian Malford, Wiltshire, UK, preserving creamy colored musculature replaced by calcium phosphate and organic arm hooks. D) Fossil Anolis lizard preserved in Miocene Dominican amber. Image at left is a photograph of specimen, image at right shows 3D reconstruction using micro CT. E) Haootia quadriformis, a possible medusozoan from the Ediacaran of Newfoundland. F) Pyritised specimens of the trilobite Triarthrus eatoni (ROM 62891), with preserved limbs from the Late Ordovician Beecher's Trilobite Bed, New York, State. Image credits to the authors, except C (Jonathan Jackson, NHM) D (Russell Garwood and Emma Sherratt) E (Alex Liu), F (David Rudkin). De (Parry, L. A. et al. 2018).



Esta última categoría, los yacimientos Konservat-Lagerstätten, son precisamente los que trata de explicar el artículo SoftBodied Fossils Are Not Simply Rotten Carcasses – Toward a Holistic Understanding of Exceptional Fossil Preservation (Parry, L. A. et al. 2018). En este paper científicos de la Universidad de Bristol, con colaboradores de Toronto y de Yale comparan casos reales de conocidos yacimientos de este tipo estudiados por la tafonomía, siendo esta el área de la paleontología que estudia el modo en que los organismos se descomponen y posteriormente fosilizan ( Efremov, I. A., 1940.), con “experimentos de descomposición” realizados en ambientes controlados para así poder entender mejor cómo fueron depositados esos fósiles y qué es exactamentre lo que nos ha quedado de la organización macroscópica y microscópica del organismo. En el trabajo los autores insisten en que  se pierde una gran cantidad de información en los procesos de fosilización, y por eso son muy importantes los Konservat-Lagerstätten, pues muchos de estos presentan el sus fosilizaciones sustituciones minerales distintas, poco convencionales: carbono, piritas (precipitadas en tejido muscular), fósforo, etc.; que permiten conservación de distintas estructuras en un mismo organismo: distintos sustratos edafológicos o limnológicos permiten la conservación de estructuras diferentes en un mismo organismo, son distintas formas de revelado. (foto)  Así, al comparar distintos tipos de fósiles de una misma especie se puede tener una idea más completa de lo que se desea estudiar.
Same organism, different pathways of preservation. A–D show epibenthic polychaete worms preserved through different key preservational pathways. A) Preservation as a carbonaceous compression, Canadia spinosa (USNM 83929c), Middle Cambrian Burgess Shale of British Columbia. B) Three dimensional preservation in pyrite, Arkonips topororum(UMMP 73795), Devonian of Ontario. C) Three dimensional preservation of mainly muscle tissue in calcium phosphate, Rollinschaeta myoplena (AN 15078), Late Cretaceous, Lebanon. Inset image shows SEM photomicrograph of preserved muscle fibres. D) Entombment in an ironstone concretion, Fossundecima konecniorum (ROMIP 47990), Mazon Creek, Late Carboniferous, Illinois. E) Tissue specificity of taphonomic pathways in Marrella splendens from the Burgess Shale. Image at left shows photograph of specimen ROMIP60748. Images at right show SEDEDX elemental maps of region encompassed by the white box in the photograph where the intensity of the color indicates elemental abundance. Structures preserved as carbon films are highlighted in the C map, structures preserved by clay minerals are highlighted in the Al, Si, and K maps, pyritized structures are highlighted in the Fe and S maps and structures preserved as apatite (calcium phosphate) are highlighted in the Ca and P maps.  De (Parry, L. A. et al. 2018).


Characters resistant to experimental decay do not closely match characters preserved in fossils. Instead, fossils preserve a combination of decayresistant and decayprone characters. A) Schematic anatomy of extant lamprey (Lampetra) (top) and lancelet (Branchiostoma) (bottom). B) Reconstruction of lamprey in an advanced state of decay (decay stage 5, sensu Sansom et al.20). C) Drawing (top; after Zhang and Hou114) and photograph (bottom) of an exceptionally preserved fossil chordate, Haikouichthys Yunnan Key Laboratory of Palaeontology YKLP00195. Photograph by Peiyun Cong, Yunnan University and NHM, London. De (Parry, L. A. et al. 2018).


Algunos ejemplos, cercanos y lejanos: 

Repito lo que empecé afirmando, y que se extrae perfectamente de la lectura del artículo de Parry, L. A. et al.: la gran mayoría de lo que sabemos a día de hoy y que podría estar incluido en el campo de la paleontología se ha descubierto estudiando los restos procedentes de los Konservat-Lagerstätten. Y es que estos yacimientos son los más famosos del mundo; por poner una serie de ejemplos: Doushantuo Formation, China y Bitter Springs en Australia son ejemplos se fosilización en fósforo y sílice respectivamente, de organismos unicelulares o microscópicos acuáticos del Precámbrico (Representantes de la Biota de Ediacara; Ediacara es precisamente otro Lagerstätte australiano, que conservó los organismos adultos enteros porque lo que se fosilizó fueron películas de bacterias descomponedoras que cubrían los organismos macroscópicos); quizás el más famoso yacimiento cámbrico es Burgess Shale, en Bristish Columbia, del que han salido los primeros ancestros de los artrópodos; de los mares devónicos tenemos el Hunsrück Slate, en Alemania; del carbonífero, Mazon Creek, Illinois, que contiene fauna marina (peces e invertebrados) y dulceacuícola (artrópodos principalmente) de dos momentos distintos del carbonífero; del Jurásico, el alemán Solnhofen Limestone, del que se escavó el primer ejemplar de Archaeopteryx, que contiene dinosaurios marinos, pterosaurios y criaturas marinas de cuerpo blando de mar de Tethys, como medusas, de una preservación excepcional; del cretácico la formación Santana en Brasil conserva gran cantidad de pterodáctilos, dinosaurios cocodrilomorfos y una tortuga acuática, muchos de ellos con fosilización de tejidos blandos; del eoceno, en Wyoming, hay que destacar Green River Formation, en el que el punto más interesante es Fossil Lake, una capa caliza de 1.8 m., laminada, de la que han salido miles de peces, de los mejor conservados ( es una capa depositada a lo largo de 4000 años, así que eso también es interesante, pues se ha estudiado cómo cambio la fauna del ambiente en ese periodo temporal ).

Por último quiero destacar y entrar en más detalle, por su cercanía geográfica y cronológica, Las Hoyas, en Cuenca. Este yacimiento, como acertadamente afirman los investigadores que allí trabajan, “es uno de los ejemplos de conservación excepcional del Cretácico Inferior conocido a escala mundial. Como […] Lagestätte, Las Hoyas ha proporcionado: a) ejemplares singulares entre los que cabe destacar las aves mesozoicas Iberomesornis, Concornis, o Eualulavis; b) ejemplares completamente articulados como la carófita Clavatoraxis, o el anfibio albanerpetóntido Celtedens; c) un número notable de nuevas especies de diversos grupos como por ejemplo el de peces Pycnodontiformes y nuevos miembros de la familia Chanidae; c) un abundante y diverso registro de plantas desde briófitas a angiospermas; así como insectos mesozoicos de diferentes familias de hábitos tanto acuáticos como terrestres. El estudio integrado de la asociación fósil y del registro sedimentario de Las Hoyas nos ha permitido formular las bases de cómo sería la dinámica y las particularidades geobiológicas de este Ecosistema durante el Barremiense superior.”


Concluyo así al resaltar la importancia una vez más de este tipo de yacimientos para la paleontología, pero también al decir que el trabajo de Parry, L. A. et al. concluye con que estos fósiles tienen muchas más variables que las por ellos estudiadas; y que no se puede hacer un estudio completo de todos los casos de Lagerstätten: siempre tendrán un componente de excepcionalidad que los hace especiales.

Referencias:


Efremov, I. A. (1940). "Taphonomy: a new branch of paleontology"Pan-American Geology. 74: 81–93. 

Parry, Luke A., et al. “Soft‐Bodied Fossils Are Not Simply Rotten Carcasses – Toward a Holistic Understanding of Exceptional Fossil Preservation.” Freshwater Biology, University of Bristol, Jan. 2018.

“Yacimiento De Las Hoyas.” Principal, www.yacimientolashoyas.es/. Sitio web del yacimiento.


Viewing all 225 articles
Browse latest View live